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Esta semana, Iván Duque presentó una propuesta pragmática e inteligente. Frente a la crisis democrática que Colombia está enfrentando, el exmandatario recomienda a los aspirantes presidenciales controlar sus egos y dedicarse a construir una gran alianza nacional republicana. La propuesta de Duque es encontrar un candidato único de centro-derecha que pueda vencer a la coalición de izquierda en las elecciones presidenciales de 2026. Es una invitación a la generosidad y a anteponer al país por encima de las aspiraciones e intereses personales y de partido. En particular, es una invitación a reconocer que Colombia no está atravesando un periodo normal y que, ante una emergencia creciente, hay que pensar de manera diferente y adecuada. Creo que vale la pena considerar la propuesta del exmandatario e ir más allá.
La idea de Duque me hizo recordar los gobiernos de unidad nacional que ha tenido mi país, Italia. Cuando un parlamento no ha logrado expresar una mayoría en apoyo de un gobierno político, el camino alternativo escogido por el presidente de la república ha sido nombrar un gobierno técnico que se dedique a resolver los problemas que enfrenta el país. El ejemplo más reciente ha sido el gobierno de Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo, llamado a servir al país cuando cayó el gobierno de Giuseppe Conte durante la pandemia de Covid.
El gobierno de Draghi fue sostenido por una amplia mayoría en el parlamento, incluyendo partidos de derecha y de izquierda. El equipo ministerial estuvo integrado tanto por políticos como por técnicos, con personalidades destacadas y con experiencia específica en sus respectivos sectores. Por ejemplo, Daniele Franco, economista de carrera, fue nombrado ministro de Economía y Finanzas. Además de enfrentar la pandemia, el programa del gobierno incluía la implementación de reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad y la eficiencia del sistema económico y administrativo italiano, incluida la reforma de la justicia, la administración pública y la fiscalidad. El gobierno de Draghi tuvo un impacto significativo en la estabilización de la situación política y económica italiana en un momento de gran incertidumbre. Su gestión fue en general apreciada por su competencia y determinación en la consecución de objetivos cruciales para el país.
Hoy, Colombia está enfrentando crisis urgentes y profundas, desde la seguridad hasta la salud. La vida de millones de colombianos está en vilo. ¿Por qué, entonces, no pensar en una coalición de técnicos y expertos, liderada por alguien reconocido y experimentado (un empresario, un académico, un exministro capaz), apreciado por su conducta ética y resultados, es decir, por un sabio? ¿Por qué no imaginar un gobierno de emergencia nacional, que se dedique a enfrentar los problemas estructurales del país en un momento tan crucial? En esta coyuntura, imagino a un candidato presidencial que trascienda los recintos de la ideología (en este sentido, voy más allá de la propuesta de Duque, que se queda en la dialéctica ideológica), a un visionario y experto ejecutor capaz de armar un equipo ganador. Porque hoy quien necesita una victoria contundente es el país, más que un consorcio político.
