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Antioquia imparable
Antioquia responde los agravios de Petro con altivez, sin dejarse arrugar. Anuncia un paquete de obras de infraestructura cercano a 6 billones de pesos, financiación lograda con la unión de las fuerzas del sector privado con el sector público antioqueño.
12 de marzo de 2025
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Por Alberto Velásquez Martínez - opinion@elcolombiano.com.co
A medida que se va acercando el final de su gobierno, la fobia del presidente Petro contra Antioquia se torna enfermiza. No hay día que no eleve un globo de ensayo contra la región para medir la reacción nacional frente a sus propuestas de desmembrarla y sitiarla a través de recortes presupuestales en detrimento de obras de interés colectivo y de beneficio regional con impacto nacional.
Ya le ha declarado la guerra a los proyectos de infraestructura como las vías que comunican al centro del país con Urabá y las que agilizan el tránsito hasta el Pacífico, donde está la fuerza del comercio internacional. También con el Túnel del Toyo, cuya inversión final tuvieron que aportarla Antioquia y Medellín para que se vea la luz al final del hueco. Mandó a algunos de sus ministros a convencer a los agricultores del Suroeste antioqueño para que dejen sus cafetales y sembradíos tradicionales, motor de su economía, y ordenarles otros cultivos, a través de un planificación coercitiva y no concertada, contraria a los regímenes democráticos.
Hace poco repitió lo de crear el departamento del Magdalena Medio, que no solo hiere la unidad de otras regiones colombianas, sino que atenta en especial contra la integridad del pueblo antioqueño al alejar una de las regiones más prósperas del terruño. Luego carga en su entretenido show televisado contra la gente del sur de Medellín, acusándolos de ser indiferentes frente a las obras que benefician al Chocó. No hay día en que no ensaye sus torpedos para dar en el blanco del corazón paisa.
Pero Antioquia responde los agravios de Petro con altivez, sin dejarse arrugar. Anuncia un paquete de obras de infraestructura cercano a 6 billones de pesos, financiación lograda con la unión de las fuerzas del sector privado con el sector público antioqueño, utilizando el mecanismo de ley de hacer obras como modalidad de los impuestos. Y para que no quede duda de su talante emprendedor contra las vicisitudes centralistas, responde a la carga de dinamita estallada desde la Casa de Nariño, con hechos tan contundentes como la construcción en su fase final de Puerto Antioquia, gracias al esfuerzo de la inversión privada promovida por el economista Sergio Restrepo Londoño. Esta obra triplicará las exportaciones, mejorando el comercio internacional no solo de la región sino del país. Bogotá tendrá en esta obra el camino más corto para llegar a cualquier puerto sobre el Atlántico/Caribe.
Aquí, gobernador de Antioquia, alcalde de Medellín, sus fuerzas académicas, sociales, empresariales, cívicas, entienden que lo que es bueno para Antioquia es bueno para el país, axioma paisa que olvida el presidente Petro.
P.D.: Estos ejemplos de vitalidad y compromiso antioqueños comprueban que la única forma que tienen las regiones de competir y defenderse del centralismo abusivo y clientelista, es dándole vida real a la descentralización. Porque si políticamente se ha avanzado con la elección popular de alcaldes y gobernadores, hay que complementar el esquema con la descentralización administrativa y fiscal. De lo contrario seguirá el país condenado a enfrentar mandatarios vengativos y arrogantes como el que hoy se aloja en la Casa de Nariño.
