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Columnistas | PUBLICADO EL 14 enero 2020

Agua privatizada

Por anacristina aristizábal uribeanacauribe@gmail.com

Hay una sombra muy oscura gestándose sobre el agua en el mundo. En 2012, Jo-Shing Yang, profesor de la Universidad de California y del MIT, denunciaba que están apareciendo los “barones del agua”: familias y megabancos comprando el agua del mundo. En su texto titulado The New “Water Barons”: Wall Street Mega-Banks are Buying up the World’s Water, publicado en Global Research, decía que conglomerados bancarios como Goldman Sachs, Citigroup, Deutsche Bank, Allianz y HSBC, etc., además de poderosas y ricas familias, están tratando de controlar el agua del planeta comprando tierra con acuíferos, lagos, servicios sanitarios y acciones en empresas de tecnología e ingeniería del agua.

Detrás de todo, también está la intención de privatizar los servicios públicos de suministro de agua y sus infraestructuras. Para nadie es un secreto que es más importante el agua que el petróleo mismo. La vida depende del agua. ¿Y si los inescrupulosos se adueñan del agua para hacer negocio con ella? Recordemos que algo así sucedió en Bolivia en el año 2000, cuando la multinacional Bechtel firmó un contrato con Hugo Banzer, presidente de Bolivia, para privatizar el servicio de suministro de agua a Cochabamba. Las tarifas subieron hasta en un 300%

¿Si las empresas públicas que suministran agua, quedaran en manos de entidades privadas que quieran lucrarse de una sustancia que nadie es capaz de producir, que porque son propietarias de la tierra donde se produce? ¿Se imaginan que, con ese afán privatizador que calienta la mente de algunos políticos colombianos (calor que comienza en las billeteras), se les diera por privatizar las empresas públicas que nos suministran el agua? Porque una región como Colombia (y Antioquia), poderosa y rica en recursos hídricos, debe ser un apetecido ponqué.

Ya hay una alerta: los acueductos comunitarios colombianos, que en noviembre de 2018 hicieron su séptimo encuentro nacional, denunciaron “la transformación de las empresas públicas municipales en empresas privadas y mixtas por acciones, y la persistencia de hacerlo con nuestros acueductos comunitarios; la pérdida de la autonomía municipal y territorial de los gobiernos locales en el manejo de sus recursos para agua y saneamiento y el arrasamiento de las comunidades organizadas como entramados construidos solidariamente por las gentes”. Ya empezaron a hacerlo en la Colombia rural... ¿lo harán con las empresas públicas de las ciudades? No toda la inversión extranjera es buena, no sea que se privatice el agua.

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