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El cambio demográfico influye, cada vez hay una mayor población joven que tiene pocos referentes con el pasado y con la relación histórica con China.
Por Alejo Vargas Velásquez - vargasvelasquezalejo@gmail.com
Este 2024 es un año electoral especial, habrá elecciones en 64 países, involucrando cerca de la mitad de los habitantes del planeta – incluidas las potencias económicas y militares, Estados Unidos, Rusia, India, Unión Europea, Irán, Pakistán, Sudáfrica - y en el caso de Latinoamérica a países como México, Panamá, Salvador, Uruguay, República Dominicana y Venezuela. Veamos las primeras elecciones.
El domingo 7 de enero en Bangladesh, Sheij Hasina, la actual Primera Ministra, se aseguró cinco años más al frente del gobierno, pese al saboteo electoral de la oposición. El no alineamiento de Sheij Hasina – siguiendo la línea de su progenitor asesinado - y con la ‘protección’ de India que le ha sido efectiva hasta ahora; ha recibido apoyos económicos de China, también de Rusia y aunque USA no esté tan contento y con tensiones bilaterales en aumento.
El 13 de enero habrá elecciones en Taiwán – la provincia rebelde, así denominada por dirigentes de China -, marcadas como todas las anteriores con el tema de la relación o la integración con China. Más allá de la gestión de los gobiernos, el tema fundamental que gravita es el de la relación o integración con la República Popular de China. En principio el Partido Democrático Progresista de la presidenta, que tiene una posición más de independencia y autonomía frente a China, lidera los sondeos de opinión, pero el Partido Kuomintang que tiene una posición más conciliadora con China ha venido acercándose – está también el Partido Popular Taiwanés, con menor opción, pero importante para lograr luego coaliciones en el Parlamento -, así que no es tan claro quién será el triunfador en las elecciones. El cambio demográfico influye, cada vez hay una mayor población joven que tiene pocos referentes con el pasado y con la relación histórica con China. Pero no hay que olvidar que China considera como ‘punto de honor’ la integración de esta ‘provincia rebelde’ a su territorio y algunos no descartan la vía militar.
El 4 de febrero habrá elecciones en El Salvador. Si bien se trata de un país pequeño de Centroamérica, la política de su actual Presidente Nayib Bukele será colocada para aprobación o no de los electores, especialmente su controvertida política de mano dura, con énfasis en lo carcelario, contra Las Maras – pandillas juveniles ligadas al control de rentas ilegales -; todo pareciera indicar que se producirá el triunfo del Presidente Bukele, quién logró, basado en su amplia popularidad introducir cambios constitucionales que justamente le permiten aspirar a su reelección inmediata, además de cambios en la conformación de la Corte Constitucional, la Asamblea Legislativa, configuración territorial del país – reducción del número de municipios -.
En febrero igualmente habrá elecciones en Pakistán el 8 de febrero, una potencia nuclear regional, con una alta incidencia de los militares – una especie de tutela del sistema político -, donde se espera un triunfo del candidato oficialista y exprimer ministro Nawaz Sharif y en Indonesia el 14 de febrero, donde la balanza se inclina a favor del candidato del Partido Democrático de Lucha Indonesio (PDIP), del cual es el actual mandatario y que termina dos períodos con un apoyo de opinión de alrededor del 80% y un gran crecimiento de la economía.