Un verdadero punto de inflexión espera vivir Colombia una vez se firme un acuerdo de paz con las Farc, en marzo de 2016, y el crecimiento económico sería de los más beneficiados. Eso sí, se necesitarán recursos adicionales del Presupuesto General de la Nación para llevar desarrollo a esas zonas donde el conflicto fue más agudo.
El beneficio de la terminación del conflicto coincide con el fin del auge en el precio de las materias primas, abriendo otras posibilidades para la economía colombiana.
Sobresalen agro, industria y turismo, tres sectores que el Gobierno identifica como los más favorecidos. “Además, son beneficiados con la actual tasa de cambio que los hace más competitivos”, indicó ayer el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, durante un foro sobre los dividendos de la paz.
Pero el gran reto de Colombia es generar una paz duradera, que cierre brechas y termine con las desigualdades, en un país rico en recursos naturales, mano de obra y bienes productivos. Según un estudio Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), el fin del conflicto podría convertir en productivas 800.000 hectáreas del país.
Por eso el mismo ministro de Hacienda reconoció ayer que el reto será llevar más recursos a esas tierras que padecieron directamente el conflicto, ahora para que sus terrenos sean cultivados, produzcan más y generen nuevos empleos.
Por ahora, un estudio de Planeación Nacional indica que, en promedio, la economía crecería 5,9 por ciento en el largo plazo (ver nota anexa y gráficos). Uno de los motores que está por probarse, es que en ausencia de conflicto se genere una mayor confianza entre empresarios y así se realicen nuevos negocios e inversiones (ver Opinión).
“Ese ambiente de por sí genera oportunidades de desarrollo, donde esta etapa de terminación del conflicto será fundamental para que se trace un nuevo crecimiento económico”, comentó ayer a este diario Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Colombiana de Comercio Exterior (Analdex).
Reconoció que el mayor beneficio será en la parte agrícola e industrial, sobre todo de cara a las exportaciones. Con nuevos productos y zonas explotables, como el caso de la altillanura. Además, “estas zonas servirán para atraer a inversionistas extranjeros que desarrollen mejor y más rápido estas tierra del país”.
Frente al estudio de Planeación, Díaz Molina indicó que los modelos específicos utilizados son confiables y le dan validez.
Pero no de los puntos a tener en cuenta es lo qué pasará con el negocio ilícito del narcotráfico: “cómo se controlará, porque no desaparecerá con el no conflicto. Seguirá siendo atractivo”, recalcó.
El Consejo Gremial Nacional (CGN), que reúne a los sectores productivos, ha reiterado que más allá de los dividendos económicos del acuerdo de paz, este tiene que ser respetuoso del Estado de Derecho: “No se está negociando la creación de un nuevo orden público y social. El derecho no es obstáculo para la conquista de la paz”, advirtió el CGN en un comunicado reciente.
Recalcan los diferentes gremios que para ellos es fundamental que se cumpla el compromiso de llevar a refrendación ciudadana los acuerdos alcanzados, y que prevalezcan la propiedad privada, la garantía de la seguridad jurídica y la economía de mercado
Finalmente, Jorge Restrepo, director del Cerac, manifestó que efectivamente con la paz se acelerará el crecimiento de la economía, mejorará la distribución de la propiedad de la tierra, habrá un mejor y más incluyente sistema financiero, se mejorará la percepción de Colombia por parte de los mercados financieros y el gasto en seguridad se concentrará en la ciudadanía y no en la contrainsurgencia.