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Exhibir las fortalezas industriales, comerciales y culturales de Medellín, y convertirse en un motor de desarrollo económico y social de la ciudad fueron los objetivos principales que se fijó hace medio siglo la Sociedad Palacio de las Exposiciones, hoy Plaza Mayor.
En mayo 20 de 1971, EL COLOMBIANO dio cuenta de la constitución de la sociedad a la que sus 16 socios le inyectaron un capital inicial de 10 millones de pesos (unos 8.778 millones de pesos hoy). El costo de la ejecución del complejo se tasó en $45 millones.
Antes de esto, el 6 de junio de 1968 el Concejo de Medellín aprobó el proyecto de Acuerdo 18 liderado por el entonces alcalde, Jaime Tobón Villegas, quien meses atrás había regresado de Quito con un logro y un desafío: había conseguido para la ciudad la sede de un gran congreso turístico, y el reto era construir aquí un centro de convenciones” (ver Protagonista).
La reseña histórica de Plaza Mayor precisa que la primera junta provisional la integraron: Ignacio Vélez Escobar, Jorge Pérez Vásquez, José Gutiérrez Gómez, Darío Moreno Restrepo, Jaime Posada Ángel, Jorge Molina Moreno, Alejandro Uribe Escobar, Luis Fernando Cano Olano y Roberto Jairo Mejía Arango, quienes se reunieron por primera vez el 27 de mayo de 1970, y un año después, el 31 de mayo de 1971, siendo alcalde Álvaro Villegas Moreno, se suscribió la escritura pública 1.563.
“Ese Palacio de Exposiciones contará con los más modernos servicios para establecimientos de su género, como salón de actos con aire acondicionado, traducción simultánea, circuito cerrado de televisión, oficinas bancarias y de correos, restaurante y parqueaderos”, se lee en los artículos de este diario.
Apertura de puertas
1975 fue clave para el Palacio de Exposiciones, pues la ciudad vivía el furor de la celebración de sus 300 años y empezaba a mover la idea de “Medellín, ciudad de congresos”. En ese contexto se culminó la construcción de la primera fase, que se inauguró el 21 de agosto.
En esa presentación el gerente del Palacio, Guillermo Mora Londoño, le cobró a la Página de Turismo de este diario el hecho de que a comienzos de ese año hubiera puesto en duda que se entregara la obra a tiempo para la realización, en septiembre, de la feria de la confección Texmo 75, que antecedió a Colombiamoda y Colombiatex.
El plan para ese momento era celebrar al menos una exposición cada dos meses, y que cada evento dejara unos dos millones de pesos. La tesis de la administración era que este no era un negocio de lucro estaba ni diseñado para distribuir dividendos en dinero, pero sí en especie e intangibles.
Según Mora se trataba de un gran instrumento de mercadeo para las industrias, toda vez que “genera opinión pública a quienes exponen. Permite una confrontación sana y útil de calidades e inventivas”.
En sus inicios este espacio operó con un salón principal y otro interior, un área para muestras al aire libre, terraza, recepción y parqueadero, no obstante, desde su apertura la administración del Palacio de Exposiciones siempre proyectó su expansión e incluso contempló la construcción de un hotel, iniciativa que aún hoy sigue vigente (ver Cronología).
La expansión
El recinto ferial conformado por el Pabellón Amarillo y un hall albergó por más de 20 años las exposiciones y los eventos más importantes de la ciudad.
En los 90 se inició su ampliación con la construcción de los pabellones Azul y Rojo, ubicados hacia el occidente, en dirección al río Medellín. Luego, con el arquitecto Javier Vera y la empresa constructora Consur se diseñaron y se construyeron el techo y paredes del Pabellón Blanco y en 1993 se asume el nombre de Palacio de Exposiciones y Convenciones de Medellín.
Entre 2001 y 2004 se dieron los pasos para lo que habría de ser el Centro Internacional de Convenciones (CIC). Fruto de esta decisión confluyeron en un mismo escenario, con intereses similares, el Palacio de Exposiciones y Convenciones de Medellín S.A. y el Centro Internacional de Convenciones Ltda.
El edificio que alberga al CIC se levantó en el predio ocupado por bodegas y almacenes pertenecientes al desaparecido ferrocarril de Antioquia, que luego pasó a ser propiedad de la Federación de Cafeteros.
Las antiguas edificaciones fueron demolidas para la construcción del nuevo referente urbano que se inauguró en 2005. Un año más tarde con la integración jurídica de ambas sociedades surgió Plaza Mayor y se renovó el propósito de consolidar a Medellín como destino turístico de negocios, ferias y convenciones.
Por este espacio han pasado personajes de la política, el arte, la literatura, el deporte, la música y otras áreas. Entre ellas el escritor Mario Vargas Llosa (Feria del Libro 1999), los diseñadores Óscar de la Renta, Ágatha Ruiz de la Prada y Carolina Herrera, para diferentes ediciones de la feria Colombiamoda.
También los reyes de España (Juan Carlos I y doña Sofía), en el Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua en 2007, Bill Clinton expresidente de Estados Unidos para la 50 Asamblea del BID, 2009 y el director de ONU-Habitat, Joan Clos, en 2014.
Además, David Hanson, creador del robot hiperrealista Sophia, en 2018, en la Escuela de Verano UPB. Welby Altidor, director Creativo en el Cirque du Soleil, en 2018 en WOBI on Leadership, los nobel de paz, Rigoberta Menchú, y el expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, así como los artistas Celia Cruz, Ricardo Ray, Bobby Cruz y Eddie Palmieri, entre muchos otros.
El ahora
Durante el 2019, el año previo a la pandemia que obligó al cierre de la economía, Plaza Mayor realizó en sus diferentes recintos más de 800 eventos, es decir 2 por día, lejos de las metas de los años 70 cuando el presupuesto era de al menos una exposición cada dos meses.
Pero, ¿qué pasó en 2020 y cómo le va a este espacio cincuentón de la ciudad? Su actual gerente, Víctor Hugo Zapata, respondió que financieramente no se puede mentir. “Ha sido un año bastante complejo, las pérdidas fueron de 5.698 millones de pesos en el 2020”.
No obstante, destacó que hay resultados que van mucho más allá de lo económico. “Siendo muy solidarios dimos, y está vigente todavía, un descuento, el más importante del que tengamos noticia, a los arrendatarios de los locales comerciales del 80 % real en el canon de arrendamiento y a los de las oficinas del 50 %”.
Adicionalmente, a los proveedores les sigue pagando a 30 días, como una manera de mantener la dinámica de Plaza Mayor, en sus impactos económicos.
“El recinto no solamente debe concebirse como un ente aislado en donde se desarrollan eventos, sino como un actor del desarrollo de la economía de Medellín y Antioquia, y así lo entendemos, y lo que haga Plaza Mayor tiene un impacto en la economía”, enfatizó Zapata, en conversación con EL COLOMBIANO.
Incluso sin haber dejado atrás la pandemia, uno de los grandes propósitos de este año es realizar una capitalización de 7.000 millones de pesos. “Todavía no hemos recibido recursos para amainar la coyuntura, pero estamos en una fase avanzada, aprobada ya por la junta directiva, por la asamblea y estamos dialogado con los principales accionistas para que esto se concrete en junio o julio”, precisó el funcionario, quien agregó que los más interesados en hacerlo son la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.
Lo que viene
Aprovechando el receso obligado de los últimos meses, la entidad ha revisado y fortalecido sus procesos internos, por ejemplo, transformó radicalmente la estrategia comercial que era muy pasiva y le incorporó elementos tecnológicos.
La apuesta es que los ejecutivos comerciales vayan a la calle con unas gafas de realidad aumentada, con la planimetría de Plaza Mayor completamente levantada en formato tridimensional, y le pueda mostrar a los potenciales clientes los montajes que se pueden hacer.
Otra iniciativa que busca ejecutar Plaza Mayor es la tiene que ver con el proyecto hotelero. “El tema ha venido ahí, se han presentados propuestas y análisis, nosotros nos le metimos a eso de frente con recursos propios, aún en medio de la pandemia, contratamos los estudios de prefactibilidad por 489 millones de pesos, nos entregan los resultados en junio, y lo que hasta ahora muestra es que es un proyecto absolutamente necesario con muchísimas posibilidades técnicas, urbanísticas, financieras y legales”, comentó el gerente de Plaza Mayor.
La parálisis también sirvió para construir el Código de Gobierno Corporativo de Plaza Mayor. “Eso nos ha permitido mantener sentada nuestra junta directiva, a la alcaldía, a la Cámara de Comercio que tiene una presencia constante y muy activa, a la Federación de Cafeteros, a los accionistas minoritarios y logramos esa construcción consensuada con discusiones muy interesantes, en épocas en las cuales se ha hablado mucho del tema en la ciudad”, resaltó Zapata.
Bodas de oro
La administración del complejo de ferias, exposiciones, muestras comerciales, congresos, foros, espectáculos y conciertos espera que en julio puedan comenzar a realizar eventos con todas las medidas de bioseguridad, porque será muy importante cuidar la salud de las personas.
La celebración que debería realizarse este lunes, 31 de mayo, se aplazó para septiembre y tendrá 3 momentos: uno de reconocimiento a quienes gestaron y sacaron adelante el proyecto del Palacio de Exposiciones. Otro para contar en qué está hoy Plaza Mayor y un tercer momento para hablar del futuro y hacia dónde va un lugar que es clave del desarrollo económico de Medellín y Antioquia.
Desde la óptica de Gabriel Harry Hinestroza, presidente de la junta directiva de la Cámara de Comercio de Medellín, una vez superada la pandemia, Plaza Mayor seguirá siendo el sitio de mostrar de la capital antioqueña.
“¿Qué nos falta? Un hotel que sirva de base para las ventas internacionales, porque siempre a los visitantes les gusta tener un hospedaje muy cercano para agilizar la agenda durante su estadía. El futuro es grande, porque Medellín seguirá siendo la ciudad industrial de Colombia, aunque no lo queramos y así las empresas se estén yendo para otras localidades, esté seguirá siendo el Centro”, concluyó.
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.