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El amor por los animales le bastó para crear a Nutpet

Siendo tan solo una joven de 22 años, Sofía Patiño renunció a las fiestas y creó un centro veterinario en el que registra un histórico de 1.500 pacientes.

  • Sofía Patiño (izquierda) desarrolló desde niña gran afecto por los animales y Lucy (abajo) fue rescatada por ella. FOTO jaime pérez.
    Sofía Patiño (izquierda) desarrolló desde niña gran afecto por los animales y Lucy (abajo) fue rescatada por ella. FOTO jaime pérez.
22 de junio de 2022
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De un lado para otro y con paso apurado se le ve todos los días en su negocio a Sofía Patiño, una estudiante de veterinaria que hace tres años abrió su propio centro de consulta y atención básica para mascotas, ubicado en una zona residencial de San Antonio de Prado.

Con apenas 22 años, lleva sobre su espalda el peso de cubrir todos los costos fijos para mantener el emprendimiento a flote. Esto especialmente estresante para ella porque, según comentó, ya son cuatro personas las que dependen de esa microempresa.

Por momentos, su frente transpira mientras atiende a las mascotas que llegan a Nutpet, nombre que le puso a su veterinaria. Allí las puertas se abren a las 8:00 de la mañana y desde temprano se ven varias personas esperando afuera con sus mascotas en el regazo. Algunos pacientes llegan en mejores condiciones que otros y los gestos de preocupación entre los acompañantes son parte de la cotidianidad.

El amor versus las finanzas

Esta emprendedora creció en una familia de animalistas y relató que sus padres le inculcaron desde niña el amor por las mascotas. La enseñanza fue tan eficaz que ella misma tiene en su casa una gata y tres perros.

Quizás, su misma emotividad le dificulta el trabajo por momentos, toda vez que constantemente llegan personas a pedir atención para sus animales aunque no tienen cómo hacerse cargo del costo. Ese es uno de los puntos más amargos de su labor: lastimosamente no puede intervenir gratis a todos los pacientes.

No obstante, sí hay ocasiones en las que su corazón cede ante la razón y ella misma asume los gastos. Por ejemplo, recuerda la historia de Lucy (ver foto), una canina que llegó de urgencia porque sufrió una grave lesión provocada por una motocicleta.“Llegó muy mal, había que amputarle la pata, pero la persona que la trajo dijo que no podía correr con los gastos, entonces nosotros nos hicimos cargo. La gente nos ayudó mucho: hicimos bazares, rifas y recogimos $2 millones para Lucy. Yo siempre he dicho que tener una mascota es un lujo porque no se trata solo de tenerlas, hay que darles todo lo que ellas necesitan”, comentó Sofía.

El final fue feliz porque la operación de Lucy fue exitosa y además le consiguieron un nuevo hogar en el que actualmente vive con plenitud. La persona que la adoptó esperó durante seis meses a que se recuperara y, cuando por fin se encontraron, “fue amor a primera vista”, según lo narró la fundadora de Nutpet.

A pesar de los pesares

Esta es una labor de contrastes, así lo consideró Sofía, quien alterna su formación profesional con el trabajo. Hoy día cursa el octavo semestre de su carrera y son pocos los amigos que puede hacer en el tiempo que le queda libre. En medio del agite de cada día, ha logrado forjar una buena amistad con Jackeline Yepes, la médica veterinaria principal de Nutpet, quien se ha convertido en su mentora.

A veces, se le observan algunos rasguños en los brazos, como los que ayer la provocó un gato de dos años muy territorial que necesitaba medicamentos y se rehusaba a tener contacto con Sofía. Sin embargo, ella acepta con agrado la desconfianza de sus pacientes y, lejos de amilanarse, le toma más gusto a su profesión.

“Esta es una carrera costosa, desgastante y en la que se gana poco. Además, lidiamos con algunas personas mal agradecidas, pero al final uno lucha es por los animales”, exclamó la emprendedora.

Su sueño es tener una clínica grande en la que pueda atender más animales. Y pese a que la meta es ambiciosa, cree que puede lograrlo, pues hace muy poco estaba tratando de promocionar a Nutpet repartiendo volantes y hoy ya acumula un registro de 1.500 pacientes.

La clave para el crecimiento, desde la óptica de Sofía, está en la relación asertiva con todos aquellos que llegan en busca de respuestas: “Siempre los tratamos como si fueran familia”

El empleo que busca está a un clic

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