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La llegada del presidente Gustavo Petro hoy al congreso de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) puede compararse con el debut de un jugador en cancha ajena, y sobre el cual pesan las mayores expectativas.
Por su parte, los pasillos del Centro de Convenciones de Cartagena, donde se realiza el evento académico, se asemejan a los camerinos y túneles del estadio que servirá de escenario para un juego inédito, que suscita toda clase de pronósticos: desde moderados e inciertos hasta punzantes y apocalípticos.
Una declaración provocadora, antes del encuentro Petro vs. Empresarios, la dejó ayer una de las figuras del equipo de Gobierno, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.
Al presentar los detalles de proyecto de reforma fue tajante al dirigirse al empresariado: “La alternativa no es bajar de $25 billones a $10 billones el recaudo de la reforma. Esa alternativa, para el Gobierno, no existe. Si quieren plantear alternativas, que sean para compensar lo que quieren conservar como privilegio del sistema tributario, así que perdonen que se los diga”.
Y en un gesto de convicción ante el auditorio repleto de empresarios agregó: “Yo como contribuyente (como persona natural) también tendré que pagar más impuestos, y lo digo abiertamente, esa es la contribución que nosotros, las personas de más altos ingresos, tenemos que hacerle a la paz social de Colombia”.
Ante la contundencia de Ocampo, desde la capitanía de la Andi, Bruce Mac Master, respondió que el problema “es que plata casi nunca hay (risas), es un recurso muy escaso, y la pregunta no es si alcanzará para pagar los nuevos impuestos, sino cómo se reordena el dinero, a quién se le quita, por lo que al final la tributaria termina siendo un ejercicio de mandar ingresos que eran de las compañías y las personas para que cubrir los gastos del Estado”.
Igualmente, el dirigente gremial estuvo de acuerdo en que atender el conjunto de necesidades sociales que tiene el país es una prioridad, pero advirtió que para lograrlo, y tener los recursos necesarios, es a su vez fundamental impulsar el desarrollo empresarial y fortalecerlo, no en función de tener un trato especial.
“Estamos convencidos de que es a través de la inversión que se pueden generar más empleos y mayores oportunidades para todos”, señaló Mac Master.
Barras, ¿bravas?
Y aunque el balón aún no se mueve, las apuestas por lo que será el pulso por la llamada reforma tributaria “para la igualdad y la justicia social” y su resultado auguran que la final será de infarto.
Para algunos, el hecho de que la iniciativa se destapara 20 horas después de la posesión presidencial, hace pensar que el plan Petro es presionar desde el principio y no tener que llevar a tiempo extra la definición. En otras palabras, la estrategia del Gobierno sería acelerar la aprobación de la reforma y no dar tiempo ni margen para que las voces en contra levanten exageradamente el tono.
Empresarios paisas aseguran que en menos de un mes deberán tener listos los análisis de la reforma y las alternativas que se le plantearán al Ministerio de Hacienda, pero la inquietud está en saber si habrá tiempo de exponerlas y defenderlas, o si al menos van a ser escuchadas o atendidas.
En otros casos hay quienes opinan que el plazo que se dio el Gobierno para “golear” con la tributaria es hasta octubre, con el objetivo de que concuerde con la aprobación de otro proyecto esencial para las cuentas del país: el presupuesto para la vigencia 2023, aforado en $391 billones.
Y para aquellos que tienen la esperanza de sacarle ventaja al “contragolpe” la clave estará en que la discusión se extienda por lo que resta de este año para que haya consensos y acuerdos, lo que resultaría preferible frente a lo que se ha visto en el pasado con otras reformas fiscales, cuando en las últimas semanas del año o a último minuto se aprueba a pupitrazo limpio.
Otra sensación que se percibe en el congreso de la Andi es que sin terminar la primera semana del mandato Petro, las divisas buscan tantear el ambiente, lanzar ideas para ver cómo se reciben, qué tanto caldean la atmósfera o qué receptividad alcanzan.
Sospechas
El Representante a la Cámara por el Centro Democrático, Óscar Darío Pérez, resaltó que el proyecto de reforma fiscal apunte hacia unos objetivos loables como disminuir la pobreza, acabar con el hambre y hacer justicia social, pero criticó que el actual Gobierno quiera hacer parecer que en el país no había nada.
Cuestionó que en las presentaciones de esta semana se esté asimilando a los pensionados como si sus mesadas fueran un ingreso laboral.
“Lo que los jubilados reciben son los ahorros de su etapa de trabajo y ahora los quieren volver una renta ordinaria, como si estuvieran laborando. O sea, ¿les volvieron a hacer un contrato de trabajo? Y también graduaron de ricos a quienes se ganan más de $10 millones al mes”, manifestó el congresista en diálogo con EL COLOMBIANO.
Consultado sobre si el Gobierno está disfrazando sus argumentos o jugando sucio para ganar el partido, Pérez respondió: “Hay cosas que no se trasladan a la opinión pública y para eso está el Congreso, para que estudie y le muestre a la comunidad los verdaderos efectos de este tipo de iniciativas”.
Por el momento, hay una alta expectativa por el pitazo del partido inaugural, el de la tributaria, pero se anuncian otros encuentros de igual o mayor trascendencia como la reforma laboral, una pensional y otra de carácter agrario.
La bola va a rodar y son unos 50 millones de colombianos los que esperan no salir goleados (ver Paréntesis).
Periodista de economía de El Colombiano. Oidor de tangos. Sueño con una Hermosa sonrisa de luna.