Luego de una inversión que supera los 1.000 millones de dólares en los últimos cuatro años, el operador logístico Impala Terminals espera en noviembre terminar las obras en su plataforma logística multimodal a orillas del río Magdalena, en Barrancabermeja (Santander).
Entre tanto, en las últimas dos semanas se efectuaron las primeras tres exportaciones directas en la historia de Colombia desde un puerto fluvial, que está a más de 600 kilómetros de la costa Caribe.
Contenedores cargados de cerámica, ladrillos y carbón hicieron trámites aduaneros y de seguridad portuaria, para luego emprender un viaje de cuatro días a bordo de barcazas que hacen trasbordo a buques oceánicos en Cartagena o Barranquilla. Igualmente, hace mes y medio se registró la primera importación de hidrocarburos, desde México.
“El puerto no tiene que tener agua salada para poder exportar o importar. Clientes como Corona, Postobón, Daw, Kimberly así lo han entendido, y esperamos sean cada vez más”, afirmó en diálogo con EL COLOMBIANO, Alejandro Costa, gerente de Impala, que tiene operaciones en 18 países, seis en Suramérica, y es el operador logístico de la multinacional suiza Trafigura.
En lo que eran 50 hectáreas de una finca con búfalos y cultivos de palma, se levantó un puerto fluvial con un muelle de atraque de 1,2 kilómetros. Allí se pueden hacer operaciones de cargue y descargue simultáneo de ocho barcazas de hidrocarburos o de dos con mercancía seca. Además dispone de bodegas y tanques de almacenamiento y espacios para reclasificar mercancías y hacer transformaciones menores finales.
Esta plataforma de transporte multimodal tiene una concesión a 30 años y comenzó a operar desde abril de 2015. Tiene una capacidad instalada para movilizar al año 100 mil contenedores anuales y 28 millones de barriles de hidrocarburos.
Más competitividad
Como la primera plataforma logística fluvial del país, es una alternativa para agilizar operaciones de comercio exterior de los fabricantes de Antioquia y el centro del país, por estar a 310 kilómetros de Medellín y 420 kilómetros de Bogotá, mientras que Cartagena está, por carretera, a 637 kilómetros de la primera y a más de mil de la segunda.
“Cada empresa tiene sus particularidades, pero el costo total logístico con nosotros se puede reducir entre un 8 % y 15 % frente al costo actual, lo que permite liberar capital de trabajo para dedicarlo a crecer su negocio”, afirma Costa.
Frente a la garantía de navegabilidad del río Magdalena, el ejecutivo agregó que ni en el pasado fenómeno de El Niño se vio afectada. Incluso, datos de Cormagdalena indican que, solo en mayo, se movilizaron 300.192 toneladas por el corredor fluvial, 122,5 % más que en igual mes de 2015.
Frente a los líos de Navelena, concesionario de la alianza público-privada (APP) a cargo de recuperar la navegabilidad del río, Costa señaló que el negocio es viable para cualquiera de las nueve firmas interesadas en hacerse a la mayoría accionaria que tiene la brasileña Odebrecht. Pero también señaló que “por cada 15 centímetros adicionales de calado efectivo (agua permanente), la tarifa de transporte fluvial bajaría 7 %, manteniendo la rentabilidad del naviero”.
Por último, Impala espera que el Gobierno concrete incentivos del transporte multimodal para activar corredores fluviales y férreos. Esto, como parte de la segunda etapa del Plan Maestro de Transporte Multimodal, más orientado a servicios derivados de la infraestructura prevista en la primera fase.