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El negocio de vender lo que sobra en restaurantes

Este modelo busca rescatar la mayor cantidad de alimentos, una pérdida que al año es de US$400.000 millones en el mundo, según la FAO.

  • FOTO ARCHIVO EDWIN BUSTAMANTE
    FOTO ARCHIVO EDWIN BUSTAMANTE
18 de enero de 2021
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Uno de cada tres alimentos producidos en Colombia se desperdicia cada día. Son casi 9,7 millones de toneladas perdidas al año, de las cuales un 21 % ocurre en su distribución por parte de actores como retailers, tiendas, restaurantes, entre otros. Todo esto acontece en un país en el que 2,7 millones de personas se acuestan en las noches con hambre crónica y 8,5 millones no consumen una cantidad necesaria de comida en cada jornada.

Las cifras las aporta Juan Carlos Buitrago, director de la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia (Abaco), quien señala que la situación ha empeorado con la pandemia, con más de la mitad de los hogares en inseguridad alimentaria y 560.000 niños menores de cinco años con desnutrición crónica, lo cual tiene efectos como la reducción de su coeficiente intelectual o que en la vida adulta generen menores ingresos económicos.

A nivel macroeconómico, la desnutrición en el país afecta el desarrollo de las personas y su economía; si se soluciona este problema el PIB puede aumentar hasta 11 %, agrega Buitrago, con base en cifras del Banco Mundial.

Existen fundaciones y entidades que en años recientes se han dedicado a combatir la pérdida y el desperdicio de alimentos recogiéndolos y donándolos a poblaciones vulnerables. Incluso chefs que se han tomado esta iniciativa con sus propias manos.

Es el caso de Laura Londoño, chef y propietaria del restaurante Oci.Med, quien creó en septiembre de 2019 la fundación Recolecta, con el objetivo de cumplir su propósito de tener un proyecto social con el cual ayudar, en la medida de sus posibilidades, a mitigar el desperdicio de alimentos en el país, sabiendo “que en Colombia hay tanta pobreza”.

“Empezamos a repartir los alimentos que nos donaban restaurantes y agricultores a fundaciones de Medellín que apoyan poblaciones vulnerables. Ha habido meses que hemos recogido hasta 30 toneladas, es poco comparado con lo que se desperdicia en Colombia, pero al menos sentimos que hacemos algo”, señala.

En el camino también han surgido aplicativos que han establecido un modelo de negocio en el que por plataformas tecnológicas revenden los excedentes de los restaurantes a unos precios inferiores a los que originalmente tenían en su oferta dentro del establecimiento o a domicilio.

LastFood, Too Good to Go y Fair Meals son algunas de estas aplicaciones que les permiten a restaurantes, supermercados y otros establecimientos comerciales vender esos excedentes de comida diaria, ayudando a mitigar los desperdicios y a recircular sus preparaciones generando nuevos ingresos a los comerciantes.

¿Cómo funcionan?

Miguel Rengifo y Jordan Soper hacen parte de LastFood, una aplicación con base en Medellín que procura rescatar alimentos preparados en restaurantes que no alcanzaron a llegar a sus clientes por diferentes razones (una devolución, un error en el pedido o una cancelación, fallas en la entrega), y que se encuentren en condiciones ideales para ofrecérselos a alguien que esté dispuesto a comprarlo.

“Esta app conecta a las personas que quieren ahorrar dinero comprando productos a un menor precio que en un restaurante, con los establecimientos que desean reducir el desperdicio de alimentos y generar ahorros; ahora, por la pandemia, muchos establecimientos se quedan con muchos platos preparados que no alcanzan a ser vendidos, y mediante esta plataforma los pueden poner de nuevo a disposición de otros clientes”, señala Miguel Rengifo.

Su socio, Jordan Soper, explica que es complicado pensar en una reducción total de los desperdicios, pero este modelo de negocio procura mitigar ese impacto, incluso ofreciéndoles a los restaurantes una plataforma de machine learning con la que calculan la demanda por días y semanas, ayudando no solo a vender la comida que sobra, sino a evitar que esta misma comida sea preparada con un análisis predictivo.

En su operación, LastFood solo ofrece productos que hayan sido preparados en otros días para prevenir temas de salubridad y garantizar a sus clientes que la comida está en condiciones ideales para ser consumida. “En el último mes rescatamos 500 platos de comida en 20 restaurantes afiliados, generando ingresos promedio de 200 dólares por cada establecimiento”, informa Miguel Rengifo, de LastFood.

Una aplicación con un modelo similar es Too Good to Go, aunque su operación está en Europa y Estados Unidos. La compañía le confirmó a EL COLOMBIANO que esta es “una app que lucha contra el desperdicio de alimentos ayudando a negocios de alimentación a vender su excedente diario de comida a un precio reducido para evitar que se desperdicie. Actualmente estamos operando en 14 países en Europa y desde septiembre del año pasado también en Estados Unidos”.

De acuerdo con la empresa, Too Good to Go ha “salvado” más de 58 millones de paquetes de comida desde su lanzamiento en 2016, trabaja con más de 67.000 establecimientos y cuenta con una comunidad de más de 30 millones de usuarios.

La idea surgió en Dinamarca en 2016. Madalena Rugeroni, directora de Too Good To Go en España y Portugal, cuenta que fue durante un buffet, cuando un grupo de amigos vio cómo los camareros tiraban toda la comida no consumida al final de la cena. “La implicación de las personas es cada vez mayor y ya estamos salvando un paquete cada segundo”, añade.

Too Good to Go ha procurado apoyar sus operaciones en acciones educativas, trabajando con varios centros de los países donde hace presencia, con el objetivo de enseñar a las nuevas generaciones la importancia de valorar los recursos.

“Para ello, la compañía ha desarrollado materiales y talleres didácticos sobre el desperdicio de alimentos adaptados a alumnos de primaria, secundaria y educación superior que los profesores pueden incluir en sus clases y que están disponibles gratuitamente en la web”, dice Rugeroni.

Una aplicación más que se suma a esta onda es FairMeals, creada en 2016 por el alemán Cristian Himmler para operar en su país y en Portugal; luego se expandió a más territorios.

En un artículo publicado en 2019 por el diario Expansión de México, Edgar Paulino Manzano, director de Operaciones de FairMeals en ese país, señaló: “El objetivo era comenzar a sumar a pequeños comercios a la plataforma, para luego ir por las grandes cadenas de restaurantes de franquicias. En la plataforma hay restaurantes que ofrecen platillos que tienen sobreproducción o que están cerca de su consumo límite, con descuentos hasta del 70 %. Queremos que cada platillo que se pueda vender logre mejorar el ambiente y generar ganancias económicas a los restaurantes”.

Acabar con el hambre

Juan Carlos Buitrago, de Abaco, destaca el aporte que estas aplicaciones puedan hacer para disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos en el país. “Con lo que se pierde en Colombia podríamos darle de comer durante un año a una población similar a la de La Guajira, multiplicada por ocho”, asevera.

El 40 % de los alimentos que se botan, dice Buitrago, se pierden en la producción agropecuaria, 23 % en la poscosecha, 21 % en la distribución y 16 % en los hogares. Por eso la importancia de generar cadenas de recuperación de los excedentes, sea mediante aplicaciones como las ya mencionadas o a través de los bancos de alimentos, que en 2020 lograron entregar 60 mil toneladas a 2,8 millones de personas en poblaciones vulnerables.

“Tenemos alianzas con productores agropecuarios, empresas de la industria de alimentos, retailers, plazas de mercado, hoteles y restaurantes. Todos aportamos a cumplir el punto 12 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que procura la reducción de la mitad de los desperdicios de alimentos en el mundo a 2030. Es una meta grande que no se va a cumplir, pero cualquier iniciativa que ayude a esa disminución es bienvenida”, comenta Buitrago.

Al cierre, el director invita a todas aquellas empresas que deseen hacer su aporte, a través de donaciones o sumarse a las iniciativas de recirculación de los alimentos, para convertirse en aliados de la reducción de los desperdicios y la alimentación de millones de personas en Colombia y el mundo

11 %
aumentaría el PIB si se soluciona el problema de la desnutrición: Banco Mundial.
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