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“Para el Gobierno es muy barato generar confianza”

Así lo considera el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, quien habló de los seis meses del mandato de Gustavo Petro.

  • Bruce Mac Master es el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi). FOTO Jaime Pérez
    Bruce Mac Master es el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi). FOTO Jaime Pérez
07 de febrero de 2023
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“Si yo fuera parte del Gobierno o lo asesorara sobre las cosas que hay que hacer, le diría que genere confianza”. De esta manera el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), Bruce Mac Master, hizo referencia a los primeros seis meses de la llegada de Gustavo Petro a la Casa de Nariño.

Las declaraciones del dirigente gremial, quien estuvo ayer en Medellín, se dan en un ambiente de “incertidumbre” dado los mensajes parciales que durante estos meses han enviado el presidente Petro y sus colaboradores en temas cruciales como la salud, el empleo, las pensiones y en asuntos económicos de largo aliento como la exploración y explotación minero-energética.

En diálogo con EL COLOMBIANO, Mac Master le pidió al Gobierno asegurar que los cambios que plantean se den dentro del marco que nos rige, de la institucionalidad y de la democracia, y no con la voz en las calles.

¿Cuál es el balance que puede hacer del llamado “Gobierno del cambio”?

“Es interesante porque se ha tratado de un gobierno que ha llegado con un estilo de trabajo diferente. Ha llegado con algunas ideas que tienen que ver con querer cambiar algunas de las cosas, pero se encuentra con un país que tiene las mismas necesidades de hace mucho tiempo, algunas ya identificadas por muchos, que tiene algunas soluciones en camino y que tiene decisiones que han sido tomadas en el pasado. Ha sido como un proceso de ajuste para todos, y en cierta forma, un proceso también de aprendizaje para quienes han llegado al Gobierno. Han sido meses movidos. El reto que tenemos por delante es muy grande porque es un reto no individual, con un partido, con una ideología o con unas personas, sino es el reto que tenemos con la nación”.

Dentro de ese nuevo estilo que tiene el Gobierno, y de cara a las necesidades que hay que atender, ¿se está apuntando en el sentido correcto en las discusiones o no?

“Más allá del estilo mismo, lo que sí será definitivamente importante, y en eso tenemos un consenso muy grande en la sociedad colombiana, es el hecho de que cualquier cosa que suceda, que ocurra dentro de la institucionalidad, de la Constitución y de los principios del bienestar general. Ese tiene que ser el llamado de la sociedad al Gobierno: asegurarnos que tenemos un ejercicio que está dentro del marco que nos rige. Inclusive el marco que nos permite pensar distinto, y lo digo porque la institucionalidad y la democracia están construidos justamente como un mecanismo para tratar de buscar el beneficio general, a pesar de que tengamos ideas completamente distintas, y a pesar de que tengamos posiciones ideológicas y políticas divergentes. Eso es lo que es la democracia en esencia”.

Ya se anuncia el Plan Nacional de Desarrollo (PND), ¿ha tenido oportunidad de mirar al menos el borrador que se filtró el fin de semana?

“Es curioso. La Andi es parte del Consejo Nacional de Planeación, que es como el gran asesor que tiene el Gobierno para, por ejemplo, la construcción del PND. Participamos de las reuniones iniciales, hubo 48 reuniones en diversas zonas en las que estuvieron buena parte de ellas nuestros directores y afiliados. Sin embargo, en ese estilo de gobierno que ha sido novedoso, llegamos a un momento en el cual el articulado no se conoce, y eso no está bien. Deberíamos tener la práctica de que sí es verdad que se están haciendo ejercicios participativos, democráticos y amplios, deberíamos por lo menos compartir el articulado, los textos o las decisiones contenidas en los proyectos de ley que el Gobierno va a presentar”.

Eso ya ha pasado con otras propuestas...

“Sucedió con la reforma tributaria en la que a pesar de que se habían dado unas discusiones más o menos amplias, el 8 de agosto se radicó el proyecto de ley. Y nos está pasando, en este momento, con la reforma de la salud, pero no conocemos el texto que será radicado por el Gobierno ante el Congreso”.

¿Qué pinta el 2023 para los empresarios sin conocer al menos los textos que serán objeto de debate de temas clave?

“La consecuencia de que estemos viviendo situaciones de esta naturaleza es la incertidumbre. Hay un ambiente más o menos extendido de incertidumbre, y esta es una buena noticia, porque si la incertidumbre la puede solucionar el Gobierno con un cambio de metodología y de actuar, pues uno puede tener la solución a la mano. Por eso he venido insistiendo tanto en que con el Gobierno hay que conversar, para que este sea un poco más empático con la idea de que hay que generar confianza, que es un activo intangible. La confianza se puede destruir muy rápido, aunque se construye con un gran esfuerzo a lo largo de muchos años. Si el Gobierno entiende este valor, que es un intangible gigantesco y se dedica a construir confianza, probablemente vamos a tener los mejores años de aquí en adelante”.

En este momento, ¿Bruce Mac Master tiene el consenso de todo el empresariado frente a las posturas críticas que ha asumido en el estilo y la forma de cómo se está manejando el país?

“Esa no es una pregunta fácil para resolver, porque hay tantas opiniones como personas. El empresariado colombiano es muy grande y nos encontramos con muchísimas opiniones. No es un objetivo de la Andi crear un consenso, somos más bien unos catalizadores de cuáles son las incertidumbres grandes, los propósitos grandes, las ideas, propuestas y construcciones comunes, y esa es un poco mi tarea. Recibo con gran orgullo y honor la responsabilidad que me otorga la asamblea y la junta de dirección nacional, cuando me da instrucciones, me da línea y me genera unos marcos sobre los cuales actuar y, por supuesto, trato de representar ese colectivo que no deja de ser abstracto, que se denomina empresariado colombiano”.

¿Cuál es el efecto de esa incertidumbre y de todo lo que está pasando en las empresas?

“Las empresas son unos agentes que parte de lo que hacen es tratar de lidiar de alguna forma con los riesgos y las incertidumbres. Entre más riesgo y más incertidumbre existan más difícil será la tarea del empresario. El Gobierno debería preocuparse por generarle ambiente de confianza a los empresarios. En la medida en que tengamos empresarios más tranquilos, con menos riesgos, más sentido y mayores certidumbres, vamos a tener más inversión y más actividad, y lo que es más importante, van a ser capaces de generar más empleo y más bienestar para la gente. Una muy buena parte de las inquietudes y de las dudas que los empresarios tienen hoy en día pudieran ser resueltas con actitudes con declaraciones y con hechos concretos que el Gobierno puede hacer”.

¿Cuál sería un ejemplo de eso?

“En el sector minero y petrolero, por ejemplo, decir que se puede seguir haciendo minería y petróleo. ¿Qué consecuencias tendría eso? Pues tendríamos seguramente flujos de inversión más o menos conocidos, oportunidades que se materialicen, una certeza mayor alrededor del flujo de divisas. Eso solo sería absolutamente vital para todos los negocios, tanto para el que está en el turismo, los restaurantes, la industria, la minería o el agro. Saber que tenemos una tasa de cambio que responde a unas decisiones claras de política económica y de generación de confianza alrededor de la economía colombiana. Los ejemplos son muchos, entonces, tenemos que ser capaces de convencer al Gobierno de que para él es muy barato generar confianza y esa sería quizá la mejor inversión que pudiera hacerse al generarle condiciones al sector empresarial que, eventualmente, se convertirían en bienestar para la población”.

¿Qué pasa cuando en un escenario internacional sale la ministra de Minas a decir que no habrá más exploración petrolera?

“Eso no es bueno. Y hay que decir algo que quizá no ha sido parte de la discusión, una declaración o una decisión de esa naturaleza no va a tener consecuencia hoy. Los gobiernos, y en esto reside su mayor responsabilidad, es que tienen que tomar decisiones de corto plazo que van a tener consecuencias y resultados durante los próximos tres o cuatro años, es decir, durante el periodo en el que ellos están en el Gobierno, y eso está bien. Pero, la mayor responsabilidad de los gobiernos es pensar no en este momento, sino en qué va a pasar dentro de seis o más años, cuando ellos ya no estén. Ese es el mayor acto de responsabilidad de un administrador público, crear las mejores condiciones para cuando él no sea el administrador. Ese tipo de declaraciones tienen consecuencias, no hoy, pero sí en seis o siete años. La responsabilidad que tenemos con el futuro, la responsabilidad que tenemos con las futuras generaciones es demasiado grande”.

La reforma a la salud también es objeto de debate, aún no se conoce el borrador, pero la ministra dice que las EPS no curan, sino que facturan, y además cuestiona a los médicos, ¿cuál es el ambiente que se quiere generar?

“Las decisiones hay que tomarlas con hechos, conocimiento y precisión. Hicimos una encuesta que trató de medir qué piensan los colombianos sobre su sistema de salud y nos encontramos, para sorpresa de algunos, que más del 70% de los colombianos consideran que es aceptable, bueno, o excelente. A los colombianos se les genera un inmenso temor de que eso se vaya a dañar. Queremos que se tomen decisiones, no con frases efectistas ni siquiera con manifestaciones en la calle, porque estas no representan a toda la población. Soy mucho más amigo de que tratemos de tomar decisiones con hechos concretos y propuestas discutidas y debatidas. Si bien es cierto que tenemos un Gobierno legítimamente elegido, pues los efectos siguen siendo, sobre todo en los colombianos, y los que eventualmente no votaron por ese Gobierno no son simplemente tomadores de decisión, siguen teniendo el derecho a dar un debate democrático. La verdad es que yo sí haría un llamado a la mesura, a que podamos dar debates centrados, que no generen polarización, porque la polarización no es buena. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo entre todos para tratar de entender que, aunque las decisiones a veces no son de consenso ni unánimes, tienen que ser decisiones pacíficas no decisiones impuestas” (ver Para saber más).

En la reforma laboral se ventila el que la jornada nocturna vuelva a ser de seis de la tarde a seis de la mañana y que se reconozcan pagos por horas extras, recargos nocturnos, festivos y dominicales, ¿esa es una buena columna vertebral para esa iniciativa?

“Eso en principio suena bien. Pero, la pregunta hay que hacérsela a las pequeñas y medianas empresas (pymes), a los pequeños talleres y restaurantes. ¿Qué les pasa a esos negocios si se crece exageradamente el costo laboral?, ¿qué le pasa a su capacidad de poder generar nuevo empleo? Eso para las empresas grandes es costoso, pero no va a generar una diferencia importante, la diferencia está en las pymes. Ahí tenemos un reto muy grande”.

¿Con este abanico de reformas sobre la mesa, cuál es el efecto sobre la inversión privada nacional y extranjera?

“Algunos de los anuncios y la forma como se han hecho, digamos, han sido de una forma retadora y, pues, eso termina generando incertidumbre y los inversionistas en un contexto de altas tasas de interés, no invierten y deciden dejar su dinero fuera de Colombia o colocarlo en un CDT en un banco o prestar la plata a interés, y eso no le sirve al país, porque eso no genera actividad económica, ni empleo, ni beneficio a los hogares. Si yo fuera parte del Gobierno o lo asesorara sobre dos o tres cosas que hay que hacer, le diría que genere confianza, y así van a pasar cosas virtuosas, por ejemplo, como que la tasa de cambio va a bajar, y si esto pasa tendríamos una caída en inflación importantísima en el tema de alimentos, los insumos de agropecuarios importados. Una muy buena parte de la inflación, hoy en día, proviene de que las cosas van más en dólares, pero la otra es que el dólar vale más en Colombia. Esa combinación es muy mala para el efecto de la inflación y, por supuesto, para la generación de empleo”.

La gente todos los días siente que el bolsillo se le adelgaza un poquito más, ¿qué hacer?

“Infortunadamente es una inflación que no es como la que en Colombia estábamos acostumbrados a manejar, una inflación de demanda, se trata de una inflación de oferta, entonces es una situación compleja porque las tasas de interés están subiendo, el Banco de la República las sube creyendo que va a ser de demanda y resulta que los precios siguen creciendo, y eso es muy complejo. Una de las cosas que haría sería generar confianza y estoy seguro que la generación de confianza nos bajaría los costos, por ejemplo, de todos los importados porque baja la tasa de cambio”.

Sobre las movilizaciones, ¿es pertinente que un Gobierno llame a la gente a que en determinada fecha salga a que me apoye proyectos sin conocer siquiera los textos que se van a discutir?

“Sería mucho más interesante, relevante y constructivo que conociéramos exactamente qué es lo que se pretende cambiar, cómo se quiere cambiar y que diéramos el debate grande. No hay que tratar de imponerlo con la voz en las calles. Para eso existe el Congreso, que es el lugar en donde nosotros aceptamos o no que se produzcan los cambios legislativos. Habría que hablar primero con el Congreso”.

Cuando habló del tema de salud dijo que uno de los temores de la ciudadanía es que esto se vaya a dañar, ¿aplica solo para el tema salud?

“La pregunta la hicimos alrededor del tema de salud y fue una encuesta muy robusta con 2.704 hogares en 1.104 municipios, tiene presencia rural y urbana de todos los grupos etarios de todos los estratos, y ahí supimos lo que la gente piensa. Lo otro yo diría que sería especulación”.

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