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Más del 60 % del paisaje terrestre será diferente al que se ve hoy de mantenerse la tendencia al alza en el calentamiento.
No es un dato al azar, sino obtenido tras analizar el registro fósil en 594 sitios alrededor del planeta, de todos los continentes menos la Antártida, sobre lo que sucedió hace 21.000 a 14.000 años.
Un periodo tras el último máximo glacial, en el cual la Tierra experimentó una fase acelerada de deshielo.
Esa situación se tendría de nuevo con temperaturas de 4 a 5 grados Celsius mayores sobre el comienzo del siglo XIX, que se alcanzarán si no se reducen las emisiones de gases de invernadero.
Es el resultado de un estudio publicado en Science por 42 científicos de varios países.
Fue aquella una época de profundas transformaciones, en la que los glaciares retrocedían y el planeta se calentaba mientras los ecosistemas tuvieron grandes modificaciones, la distribución de las plantas y árboles varió y las comunidades biológicas se reacomodaron.
Entonces la temperatura era de 4 a 7° Celsius mayores a las que experimenta hoy la Tierra.
El hallazgo se basa en el estudio de antiquísimos granos de polen y fósiles de plantas, una investigación que tomó cinco años y se diferencia de otras que han usado modelos de computación para comparar con las condiciones de la actualidad.
Así, sugiere que no solo se produciría esa transformación del paisaje y los ecosistemas sino que se afectarían los servicios que prestan, como la disponibilidad de agua incluso, y podría verse reducida la biodiversidad.
También se afectarían servicios como el almacenamiento de carbono (vital para el equilibrio planetario) y hasta la recreación, según Jonathan Overpeck, decano de la Escuela de Medio Ambiente y Sostenibilidad de la Universidad de Michigan.
“Si permitimos que el cambio climático siga, la vegetación de este planeta lucirá completamente diferente de como es hoy y eso implica un gran riesgo para la biodiversidad”, de acuerdo con Stephen T. Jackson, uno de los autores, del Servicio Geológico de Estados Unidos.
Si las emisiones de gases continúan como van y el calentamiento sigue en aumento, la probabilidad de un cambio a gran escala en la vegetación es mayor de 60 %.
Pero si se reducen aquellas a los niveles perseguidos por el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la probabilidad de las transformaciones es de menos del 45 %.
“Utilizamos los resultados del pasado para analizar el riesgo futuro de un cambio en los ecosistemas”, explicó Connor Nolan, de la Universidad de Arizona, quien contribuyó con el análisis de los datos.
“Encontramos que a medida que suba la temperatura, son más y más los riesgos de un cambio en los ecosistemas, por ejemplo bosques versus praderas”.
No se trataría de una situación a muy largo plazo. Buena parte de esas transformaciones sucederían este siglo, en particular donde la alteración en la vegetación sea amplificada por otros factores como los extremos climáticos, una mortalidad generalizada de plantas, la fragmentación de los hábitats, las especies invasoras y la extracción de los recursos naturales.
Los cambios continuarían en el siglo 22 y mucho más allá, concluyó el estudio.
Pero hay algunos que se advierten ya con variaciones en el rango geográfico de muchas especies o su remplazo por otras luego de los incendios forestales o tras prolongadas sequías.
“Estamos hablando acerca de la misma cantidad de modificaciones que se dan en 10.000 o 20.000 años atiborradas en un siglo o dos”, resumió Jackson.
De los 594 sitios examinados, más del 67 % tuvieron cambios significativos, mientras en 26 % fueron moderados. Las mayores alteraciones ecosistémicas se observaron en latitudes medias a altas en el Hemisferio Norte, el sur de Sudamérica, partes del sur de África, la región del Indo-Pacífico y Oceanía, incluyendo Australia y Nueva Zelanda.
De no controlarse las emisiones de carbono, el proceso se aceleraría. No todas las consecuencias ni la totalidad de las alteraciones son bien entendidas hoy. Pero se darán.