<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Una planta pequeña pero repleta de secretos fue descubierta en Colombia

Se trata de la Pilostyles boyacensis, una especie parásita descubierta en Boyacá, sobre la que los científicos no resolvieron todavía las preguntas que les generó

  • Pilostyles boyacensis, la planta parasitaria descubierta en Boyacá por científicos colombianos. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
    Pilostyles boyacensis, la planta parasitaria descubierta en Boyacá por científicos colombianos. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
  • Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando sus frutos empiezan a brotar en el tallo de su hospedero. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
    Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando sus frutos empiezan a brotar en el tallo de su hospedero. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
  • Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando ha terminado de abrir. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
    Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando ha terminado de abrir. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
  • La Dalea cuatrecasasii, una leguminosa de un metro y medio de altura que actúa como hospedero de la Pilostyles boyacensis. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
    La Dalea cuatrecasasii, una leguminosa de un metro y medio de altura que actúa como hospedero de la Pilostyles boyacensis. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
27 de agosto de 2023
bookmark

Como los animales, las plantas tienen sus propias especies parásitas. Es decir, unas especies que necesitan adherirse a otras para obtener algunas sustancias nutritivas y así poder desarrollarse, pues tienen una raíz modificada (haustorio), que penetra la planta anfitriona, también llamada hospedero, y se conecta al tejido vegetal que conduce la savia (xilema), o al tejido encargado de conducir los nutrientes orgánicos e inorgánicos (floema), o en algunos casos, a ambos.

Pero las parásitas son particularmente raras, pues de las más de 300.000 especies de plantas que se conocen hasta ahora en el planeta, solo unas 4.700 lo son: están agrupadas en, más o menos, 25 familias botánicas y se clasifican en las hemoparásitas, que son las que dependen parcialmente de su hospedero y tienen clorofila para fotosintetizar; y las holoparásitas, que no la poseen y por consiguiente su existencia depende en un todo por ciento de su hospedero.

Le puede interesar: Inspirados en el primer vuelo de la mariposa, científicos plantean una nueva fuente de energía

La coordinadora del grupo de investigación Evolución y Desarrollo en Plantas (Evo-Devo), de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Antioquia, Natalia Pabón Mora, explicó que dentro de esta última clase existe una familia bastante particular, la Apodanthaceae, que tiene, a su vez, dos géneros fascinantes: los Apodanthes y las Pilostyles, siendo que dentro de este último solo se han descrito 12 especies.

Esas 12 especies habitan casi todos los continentes y una de ellas fue descubierta en el 2014 en Colombia aunque solo hasta el 2019, se verificó que se trataba de una especie nueva para la ciencia. ¿Su nombre? Pilostyles boyacensis, en homenaje al lugar en el que Natalia, al lado de Favio González, investigador en botánica del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, la encontró: un bosque seco en Villa de Leyva.

Pero esta Pilostyles boyacensis, a diferencia de las demás especies de Pilostyles descritas, contó la coordinadora del grupo, tiene una flor de 2,5 mm de diámetro, que es tubular y expone sus órganos internos por poco tiempo, con cinco o seis pétalos blancos, y pese a que sus genes les dicen que es diferente a las otras especies, su taxonomía les recuerda que, no cuentan con nada vegetativo como el resto de las plantas holoparásitas, ni raíces, ni tallo, ni ramas, ni hojas, solo tienen flor y fruto.

Le recomendamos leer: Cualquier planta puede vivir en el interior de su hogar

Sin embargo, para los académicos, su ciclo de vida completo sigue siendo una incógnita, ya que no han logrado reconstruir o establecer la biología reproductiva de la planta, aunque tienen indicios, es decir, no saben cómo se da la primera etapa de infección porque cuando se perciben ya están saliendo del hospedero, pero creen que sus semillas, alojadas en pequeños y pegajosos frutos, podrían adherirse a los insectos, en especial a las hormigas, y así ser transportadas de planta a planta, como en cualquier otro caso de polinización.

¿Y cómo se llama el hospedero? Resulta que para surgir, estas plantas diminutas se alojan únicamente en los tallos de la Dalea cuatrecasasii, una leguminosa de un metro y medio de altura en donde los dos investigadores la buscaron en el 2014, ya que intuían que el género estaba presente en el país, puesto que estaba presente en casi todos los continentes.

Para esta leguminosa la Pilostyles boyacensis, que todavía no tiene un nombre común, no representa un peligro, o sea, no es que se vaya a apoderar de ella, aunque sí utiliza sus recursos para mostrarse al mundo, por ejemplo, según estudios recientes realizados por Natalia y Favio, y a los que se les han sumado Juan Fernando Alzate, del Centro de Secuenciación Nacional Genómica de la UdeA, y Angie González, estudiante de doctorado en Biología de la Universidad Nacional, se estableció que la parásita no tiene genes de células madre vegetativas, que son los que están relacionados con la formación de raíces, tronco y ramas.

Para saber más: Científicos entran en el Orinoco para descubrir sus especies secretas

Además, comentó Natalia, cuando reproducen su genoma (conjunto completo de instrucciones del ADN que se hallan en una célula), también aparece el genoma de la Dalea cuatrecasasii, y deja entrever que mantiene una cantidad de los genes de la floración y la formación del fruto similares a los de la planta no parásita, lo cual significa que utiliza a su hospedero para florecer.

Muchos se preguntarán por qué este estudio ha tardado tanto tiempo. La razón es simple: los cuatro investigadores se han visto enfrentados a un sinnúmero de retos durante él, teniendo en cuenta que la experimentación científica ha sido especialmente compleja, puesto que, por un lado, la Pilostyles boyacensis no se puede sacar de su hábitat ni hacerla crecer en el laboratorio y por otro, no se parece a las otras especies de sus grupos vegetales más cercanos, no hay mucha literatura al respecto en la cual apoyarse.

Por lo pronto, mientras los científicos colombianos creen que el origen de este género presente hoy en Asia, África, Mediterráneo, Norte y Sur América, se remonta a miles de millones de años atrás, cuando los continentes no se habían separado, pues consideran casi imposible que sus semillas se hubieran dispersado por vía aérea, siguen averiguando cómo es su ciclo de vida, que es invisible al ojo humano hasta que sale la flor, y cómo es su proceso reproductivo para poder identificar cómo es que una planta puede vivir y sobrevivir dentro de otra si es solo una flor.

Así se ve la <i>Pilostyles boyacensis</i> cuando sus frutos empiezan a brotar en el tallo de su hospedero. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando sus frutos empiezan a brotar en el tallo de su hospedero. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
Así se ve la <i>Pilostyles boyacensis </i>cuando ha terminado de abrir. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
Así se ve la Pilostyles boyacensis cuando ha terminado de abrir. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
$!La Dalea cuatrecasasii, una leguminosa de un metro y medio de altura que actúa como hospedero de la <i>Pilostyles boyacensis.</i> Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
La Dalea cuatrecasasii, una leguminosa de un metro y medio de altura que actúa como hospedero de la Pilostyles boyacensis. Foto Cortesía Natalia Pabón Mora.
Hechos de talento
El empleo que busca en Antioquia está a un clic

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Regístrate al newsletter

Acepto el tratamiento y uso del dato Personal por parte del Grupo EL COLOMBIANO*