Más allá de que en los dos últimos años el Valle de Aburrá ha tenido afectaciones de dos fases del fenómeno de la Niña, las precipitaciones de lluvias en la región han estado por encima de las condiciones medias esperadas.
Para certificar lo anterior, de acuerdo con el Siata (Sistema de Alerta Temprana del Valle de Aburrá), en un mes típico de marzo el promedio de lluvias en el centro del Aburrá es de 100 mm, mientras que en marzo de 2022 se reportó un acumulado de 140 mm.
En el informe entregado por el Siata a EL COLOMBIANO se señala que hace 10 años para lograr esos 100 mm de lluvias se necesitaban 15 grandes eventos extremos de precipitación (que son los que superan los datos históricos), mientras que en la actualidad con tan solo 10 se alcanza este registro.
Pese a estas cifras, desde el centro de monitoreo aseveran que no se debe concluir simplemente que la precipitación a escala mensual, trimestral o anual ha venido aumentando o disminuyendo en los últimos años debido al cambio climático, pues no existe evidencia suficiente con datos.
“Los datos han mostrado que el efecto del cambio climático en nuestra región se observa en la ocurrencia de eventos extremos, aumentando estos en frecuencia e intensidad”.
Los efectos del cambio climático en estos fenómenos son temas actuales de discusión científica y que aún hay mucho por investigar y aprender.