viernes
8 y 2
8 y 2
Solo cinco meses duró como director del Museo Casa de la Memoria Edwin Arias Valencia, quien fue nombrado en noviembre de 2022 con bombos y platillos por ser la primera víctima del conflicto armado en dirigir la entidad; un hermano suyo falleció en un atentado de las FARC en Ituango en agosto de 2008.
Arias renunció porque desde el gobierno nacional le ofrecieron la dirección del Museo Nacional de Memoria Histórica y al parecer lo aceptó. Aunque todavía no se sabe el nombre del nuevo director(a), lo cierto es que la administración de Quintero ajustará cuatro cabezas durante el cuatrienio.
Para saber más: Por primera vez una víctima del conflicto dirigirá la Casa de la Memoria en Medellín
Su llegada en noviembre pasado se dio en medio de una crisis de infraestructura que enfrentaba el Museo en ese entonces dirigido por Jairo Herrán Prada, que además estuvo suspendido de su cargo por participar en política a favor del entonces candidato presidencial Gustavo Petro, tal como lo hizo su jefe, el alcalde Quintero.
Herrán entregó el museo con goteras en los baños y con los ojos de la opinión pública encima por el mantenimiento de los aires acondicionados, lo que implicó el cierre del sitio a mediados del año pasado.
Y es que la infraestructura física fue la primera en sufrir el golpe económico que el museo recibió durante esta administración: poco más de 15.000 millones para todo el cuatrienio, 12% menos de lo que le invirtió la administración de Federico Gutiérrez. Para este año, en el presupuesto municipal solo se le asignaron 5.429 millones de transferencias, apenas un 3% más de lo que se le transfirió el año anterior. Arias reconoce que la plata y el tiempo no le alcanzó, por ejemplo, para montar una tienda en el Museo, como ocurre en la mayoría de museos populares del mundo.
Le puede interesar: Goteras y falta de plata arrinconan a la Casa de la Memoria
Según Arias, su principal logro en este poco tiempo fue acercar a las organizaciones de víctimas de la ciudad y del departamento que con su presencia y su condición de víctima se sintieron más escuchadas y mejor representadas.
Por otra parte, el principal desafío que le deja a la entidad es su internacionalización, pues del 70% de los casi 70.000 visitantes que recibe anualmente el museo son extranjeros.
Administrador sin ejercicio y periodista sin sección