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La ampliación de la Unidad Intermedia de Santa Cruz, una obra que esperan con urgencia los habitantes de tres de las comunas del nororiente de Medellín, quedó en vilo porque desde la Alcaldía de Daniel Quintero le pidieron devolver los $46.244 millones destinados para su ejecución a la anterior secretaria de Salud.
Esto se conoció luego de la denuncia realizada por la propia Milena Lopera Carvajal, quien contó que parte de su salida del cargo se debió a la negativa por reintegrar el dinero de un contrato, pese a la solicitud realizada desde la Secretaría de Gobierno. El contrato en cuestión se firmó el 15 de diciembre de 2022 entre la Secretaría de Salud y el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea) para que este último administrara los $46.244 millones destinados a la ampliación de la unidad hospitalaria de Santa Cruz.
“Me solicitaron el reintegro de unos recursos a la Alcaldía que ya estaban en el Idea para el proyecto de ampliación de Santa Cruz. La parte jurídica y los asesores nos habían informado que no era conveniente porque ya estaba listo el contrato”, indicó.
¿Qué pasará con la plata y el proyecto que necesitan urgente los habitantes de las comunas Popular, Santa Cruz y Aranjuez? ¿Se frenará la obra?
Lo primero es que desde el segundo semestre del año pasado se habló de la renovación de este centro asistencial, que actualmente cuenta con 36 camas de hospitalización y una zona de urgencias.
La misma Alcaldía en los documentos que están en el Secop dice que la ampliación de la unidad hospitalaria es urgente porque “hay hacinamiento y poca funcionalidad de espacios”, lo que puede “desencadenar accidentes e incidentes tanto para usuarios como para servidores”.
Para ello se presentaron unos estudios, diseños y licencia de construcción, los cuales se obtuvieron en septiembre de 2022, según explicó Mayelys de la Rosa, secretaria encargada de Salud de Medellín.
Aunque los diseños de esta obra fueron presentados a la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia el pasado 28 de octubre, pasaron tres meses para obtener una respuesta, que fue negativa: “solicitaron ajustar el estudio de oferta-demanda y capacidad instalada”, indicó De la Rosa.
En medio de este proceso ocurrieron dos inconvenientes: el primero fue el cierre de las instalaciones de hospitalización el 16 de enero, situación que se prolongó hasta el 22 de marzo; y el segundo, la solicitud de la devolución de los recursos por parte de la Alcaldía de Medellín.
La secretaria encargada negó que los recursos vayan a ser devueltos y afirmó que los dineros continúan disponibles mientras se definen los permisos, aunque puso en duda que el proyecto se pueda contratar en esta alcaldía.
Precisó que ya cuentan con la aprobación del Ministerio de Salud desde el pasado 27 de marzo, pero anotó que desde la Seccional de Salud de Antioquia no han dado luces sobre una decisión para ver si por fin pueden iniciar obras.
“La administración no ha solicitado al Idea el retorno de los recursos. Ante las dificultades y demoras por parte de la SSSA (Secretaría Seccional de Salud de Antioquia) en la aprobación del proyecto, desde la Alcaldía hemos revisado alternativas y la viabilidad de poder contratar el proyecto durante la presente vigencia”, indicó De la Rosa.
Consultamos a la Seccional de Salud de Antioquia, dependencia que respondió que la solicitud sigue en estudio, sin precisar ninguna fecha para definir la suerte de la iniciativa.
Si bien los sindicatos prefirieron no pronunciarse sobre el tema porque hoy instalarán una mesa de negociación de su pliego de peticiones con las directivas de Metrosalud, un integrante de uno de ellos expresó que “la plata del proyecto es imposible devolverla porque ya se la han gastado en estudios técnicos, en diseños y en lo que han avanzado”.
Mientras que las carpetas y las solicitudes pasan de escritorio en escritorio en la Alpujarra, los más afectados con las demoras en la ampliación de la unidad hospitalaria son los vecinos que llevan meses esperando una cita, con órdenes médicas a punto de vencerse, todo por la falta de una capacidad suficiente para atender a los pacientes.
Uno de los casos es el de Sirley Madrigal, una madre de familia del barrio Santa Cruz, quien estaba haciendo diligencias en este centro asistencial con la esperanza de que le dieran la cita que lleva esperando desde comienzos de año: “las órdenes se me van a vencer y pedir una cita acá para mi niño es imposible. Cuando hay las citas, la atención es buena, pero el problema es que las den”.
Periodista por pasión. Me gusta contar las historias de la ciudad desde todos sus puntos de vista y mostrar lo bueno y lo malo de nuestra realidad.