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Concejal Luis Guillermo Vélez se defiende tras polémica de elección de personero, aún así deja dudas de su participación en el escándalo

En su columna dominical, el concejal del CD da pistas del porqué su voto. Aún así, quedan preguntas sin responder, alimentadas por los documentos del mismo concurso público.

  • Concejal Luis Guillermo Vélez se defiende tras polémica de elección de personero, aún así deja dudas de su participación en el escándalo
  • Calificación del concejal Luis Guillermo Vélez al excandidato William Vivas.
    Calificación del concejal Luis Guillermo Vélez al excandidato William Vivas.
  • Calificación de debilidades que el concejal Vélez hizo sobre el candidato Mefi Rave.
    Calificación de debilidades que el concejal Vélez hizo sobre el candidato Mefi Rave.
12 de febrero de 2024
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En su columna de opinión, publicada el domingo en EL COLOMBIANO, el concejal del Centro Democrático Luis Guillermo Vélez trató de defenderse de las críticas surgidas contra él y su colectividad a raíz de la polémica elección del próximo personero de Medellín.

Salvo la lectura de un comunicado al lado del expresidente y exsenador Álvaro Uribe en la que el CD se apartaba de elegir a William Vivas, Vélez no había tocado el tema en todos estos días de turbulencia política por cuenta de la elección hasta el domingo.

En un escrito que incluso añade las definiciones de la RAE sobre la palabra elegir, el político explica que –según la norma– el concurso de elección de personero distrital incluye una prueba de conocimientos, que pesa un 60%, y la evaluación de competencias laborales, estudios y experiencia que conjuntamente pesan 30%. El restante 10% resulta de una entrevista que los concejales realizan al conjunto de participantes que han alcanzado un puntaje mínimo en la prueba objetiva.

“La entrevista es el único componente 'subjetivo' de la puntuación y su calificación se basó, en el caso de Medellín, en las respuestas dadas por los candidatos al mismo conjunto de preguntas, definidas por la institución educativa que adelantó el proceso y conocidas previamente por aquellos. La entrevista no evaluaba ni la ética ni la estética de los participantes en su conjunto, ni de ninguno en particular, ni tampoco sus antecedentes político-administrativos”, añadió Vélez en su columna.

Según Vélez, la obligatoriedad de elegir al ganador del concurso, convierte la votación en un acto protocolario de confirmación.

“Pero hay más. En lo que supone una confusión entre la votación del concejo como cuerpo colegiado y el voto individual de cada concejal, se ha desarrollado la teoría de que todos los concejales están obligados a votar por ese ganador sin que importe la valoración ética o política que cada cual pueda tener del personaje en cuestión. Un católico provida, un animalista o una concejal podrían tener reservas de conciencia para votar por el ganador del concurso si se trata de alguien a quien perciban como un abortista, un maltratador de animales o un abusador de mujeres. Según esa teoría, el ejercicio del voto de conciencia estaría prohibido” escribió Vélez.

“'Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo', dejó dicho Ortega y Gasset. La voluntad de las personas está marcada por su circunstancia, que es la síntesis de los más profundos valores, pasiones y creencias a los cuales es imposible renunciar”, cerró Vélez su justificación de la que nunca habló a término propio.

Sin embargo, una cosa es lo que dice Vélez en su columna, que palabras más palabras menos indica que la entrevista era una especie de trámite objetivo que –debía dejar de lado las percepciones políticas que los corporados tuvieran del excandidato Vivas y su rival directo Mefi Bosé Rave–; y otra la que se ha visto en la polémica calificación.

Por ejemplo Vélez nunca explica en su texto porqué su bancada, pero sobre todo él, cambiaron abruptamente la calificación que otorgaron en enero a los aspirantes.

Por ejemplo, el corporado del CD Sebastián López calificó la exposición de William Vivas con un 9,13 sobre 10 puntos, es decir, una calificación casi perfecta. Algo similar hizo su colega Leticia Orrego quien le otorgó a Vivas una nota de 9,27 sobre 10 puntos. Mientras que la cabildante Claudia Carrasquilla y su homólogo, el controvertido Andrés “Gury” Gutiérrez, le otorgaron a Vivas una calificación de 8.

Por su parte, Luis Guillermo Vélez le dio a Vivas un 8,13 sobre 10 en esa primera votación.

Mientras que para el candidato Mefi Ravé en su primera calificación el cabildante Sebastián López le otorgó a Rave un 4,83. Pero en la segunda ocasión –luego que se solicitara repetir la votación– le dio un sólido 10. Similar hizo su copartidario Andrés “Gury” Gutiérrez, que pasó de darle al aspirante Mefi 7,0 puntos para otorgarle finalmente 10. La cabildante Leticia Orrego pasó de un penoso 4,0 a darle también 9,8; mientras que Claudia Carrasquilla “la fiscal de hierro”, pasó de darle un 2,6 a un 9,8.

En el caso del mismo Vélez este le dio a Rave al principio un 6,3. Pero en la segunda votación, con Vivas por fuera, le otorgó a Rave un 10.

Calificación del concejal Luis Guillermo Vélez al excandidato William Vivas.
Calificación del concejal Luis Guillermo Vélez al excandidato William Vivas.

Si la calificación era algo objetivo y meramente apoyada en el rigor técnico, ¿por qué esos cambios tan abruptos en la votación? Ese asunto no lo contesta Vélez en su columna.

Y esa misma duda la alimentan las anotaciones de calificaciones individuales de esa primera votación.

Por ejemplo, en esa primera votación del 30 de enero, las tres preguntas que le hicieron a Vivas, Vélez las calificó con 8.1 y 8.2. Aún así, en sus observaciones al candidato, Vélez escribió escuetamente como fortalezas objetivas de Vivas: “claridad metodológica”, “precisión en la exposición”.

Sin embargo, sobre Rave Gómez, –al que calificó con 6,6; 5,6 y 6,7 en sus tres preguntas respectivamente; pero en la segunda votación con un 10– el concejal Vélez escribió de Rave como su principales debilidades que era “excesivamente opinativo y enfático”, de “retórica seudoilustrada”, y remató calificándolo como “Soberbio”.

Calificación de debilidades que el concejal Vélez hizo sobre el candidato Mefi Rave.
Calificación de debilidades que el concejal Vélez hizo sobre el candidato Mefi Rave.

¿Qué un concejal determine que un aspirante es “soberbio” o de “retórica seudoilustrada” se puede considerar una apreciación objetiva tal como sugirió Vélez que fue el trámite? Ya queda a discreción de cada quien, o al menos hasta que Vélez lo explique en una próxima columna.

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