La calidad del aire en Medellín sigue causando preocupación, toda vez que de las 19 estaciones que hacen la medición, tan solo tres han sido reportadas en estado amarillo. Las otras 16 continúan en color naranja, indicando que el aire del Valle de Aburrá es dañino para grupos sensibles.
Las 16 estaciones en color naranja indican en las últimas 24 horas registraron niveles de contaminación de entre 38 y 46 microgramos por cada metro cúbico de PM2.5.
Las únicas estaciones que están en amarillo, es decir, con niveles de material particulado moderado, son las de Santa Elena, San Cristóbal y Villahermosa.
Sin embargo, el riesgo de que la situación empeore se mantiene, pues las estaciones podrían pasar a color rojo si llegasen a medir entre 56 y 72 microgramos por cada metro cúbico de PM2.5, para lo que tan solo faltan 10 microgramos.
Hay que tener en cuenta que las personas que hacen parte de los grupos sensibles para el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (Amva), es decir, quienes se pueden ver más afectados con los niveles de contaminación actual, son: adultos mayores, mujeres embarazadas, niños y adolescentes, personas que practican actividades al aire libre o personas con enfermedades respiratorias o cardiacas. La invitación es a que estas eviten la exposición prolongada al aire libre y a que los ciudadanos en general disminuyan el uso del carro particular.
Cabe recordar que desde el pasado viernes 1 de marzo el Área Metropolitana declaró el Estado de Prevención por cuenta del deterioro de la calidad del aire durante los últimos días en la ciudad.
Ese Estado de Prevención implica medidas, como la restricción para la circulación de vehículos de carga durante algunas horas y un llamado a las empresas para que implementen el teletrabajo y horarios escalonados para evitar la congestión vehicular en estos días.
Sin embargo, es posible que si la calidad del aire se sigue deteriorando, las autoridades tomen medidas más restrictivas.
La invitación es a que las personas de los grupos sensibles eviten la exposición prolongada al aire libre y a que los ciudadanos en general disminuyan el uso del carro particular y utilicen el transporte público masivo y colectivo.
También se recomienda verificar que no haya fugas de gas en calentadores, estufas y tanques, hidratarse y consumir alimentos como verduras y frutos secos, pues estos ayudan a prevenir enfermedades respiratorias, y no arrojar residuos ni realizar vertimientos en ríos y quebradas.
“Todos somos parte de la solución en la medida que usemos menos el vehículo particular, lo compartamos, se promueva el trabajo virtual para que el aire afecte lo menos posible la salud de los habitantes del Aburrá”, dijo la directora del Área Metropolitana, Paula Palacio Salazar.
Es importante recordar que desde 2021 la OMS actualizó las guías de calidad de aire, reduciendo los niveles de referencia tolerables de contaminantes, basándose en evidencia reciente que concluye con certeza que los daños a la salud atribuibles al deterioro atmosférico son mucho más graves de lo que se pensaba.
Por ejemplo, respecto al material particulado PM2.5 –uno de los contaminantes más críticos y cuya fuente principal son los vehículos diésel– la OMS redujo el nivel máximo aceptable para un tiempo de exposición durante 24 horas a 15 microgramos por metro cúbico (μg/m3). A partir de este valor, el organismo internacional considera que son concentraciones perjudiciales.
A pesar de eso, en Colombia la Resolución 2254 de 2017, que todavía rige en todo el territorio, fija un máximo de 37μg/m3 por 24 horas. Es decir, que cuando uno ve en el Siata que la calidad del aire es aceptable, realmente está respirando un aire que tiene el doble de las concentraciones contaminantes que puede tolerar un ser humano.