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Alexander Obregón, el hombre que supuestamente entró armado al Palacio de Justicia, estuvo preso por un delito que no cometió

Guarda su expediente y no ha cesado en sus intentos de que se haga justicia. Es un falso positivo judicial: lo enviaron a prisión, señalado de extorsionista, por una historia que se inventó un vecino.

  • Alexander Obregón Rentería lleva años luchando por justicia luego de que lo encarcelaran por un delito que nunca cometió. FOTO Julio Herrera
    Alexander Obregón Rentería lleva años luchando por justicia luego de que lo encarcelaran por un delito que nunca cometió. FOTO Julio Herrera
  • La historia de Obregón Rentería fue contada en las páginas de EL COLOMBIANO hace un año. FOTO Jaime Pérez
    La historia de Obregón Rentería fue contada en las páginas de EL COLOMBIANO hace un año. FOTO Jaime Pérez
21 de abril de 2023
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El hombre que supuestamente causó caos en el Palacio de Justicia de Medellín este viernes porque habría desenfundado un arma de fuego, según versiones oficiales, al parecer, porque no lo dejaron entrar a la oficina a la que buscaba acceso, tiene una historia de película, insólita y conmovedora.

Después de evacuar el edificio, controlar la situación y retomar las actividades propias de este lugar, trascendió que el presunto responsable del susto de esta tarde es Alexander Obregón Rentería, de 53 años, tal como lo indicarían los videos de las cámaras de seguridad.

Alexander nació en octubre de 1969 en el barrio Antioquia, de Medellín, que en ese entonces era una invasión a la que habían ido a parar prostitutas y borrachos, asesinos y traficantes de cigarrillos.

La infancia de Alexander transcurrió entre las lecturas de libros con los que le pagaban algunos trabajos a su padre, de quien no tiene muchos recuerdos, y la determinación de una madre que vendía caldos y pescados que se hicieron famosos en el barrio. Una madre que también les inculcó, a él y a sus hermanos, que nadie debía burlarse de ellos o insultarlos por ser negros.

Le puede interesar: Este sería el hombre que armó el caos en el Palacio de Justicia luego de sacar un arma de fuego

Alexander estudió Historia en la Universidad de Antioquia, pero nunca se graduó porque no le gustaban los computadores y, por eso, no pudo escribir la tesis. Pasó a la carrera de Periodismo, pero tampoco quiso terminar. Después, se convirtió en un profesor a sueldo y dio clases en varios colegios.

Pero la vida de este hombre dio un vuelco cuando un vecino, que le debía una plata y no le quería pagar, inventó una historia que le costó la libertad a Álex. Ese vecino, único testigo que las autoridades tuvieron en el caso, fabricó la idea de que Álex era un extorsionista, por lo cual, el 20 de febrero de 2015, lo enviaron a la cárcel mientras corría el juicio en su contra. Como siempre lo ha asegurado, fue víctima de un falso positivo policial-judicial.

El 29 de febrero de 2015 ingresó a la cárcel El Pedregal, en el occidente de Medellín, por las mentiras y la venganza de su vecino. El 23 de enero de 2016, fue absuelto y recuperó la libertad.

“Fui víctima de un falso positivo policial judicial, lo repito, en cabeza del fiscal especializado para la época fiscal 38 especializado, Víctor Emilio Arroyave Lopera, aunado a la presencia de su fiscal de apoyo, César Augusto Sarmiento Niebles, la auxiliar de fiscalía Diona Pulgarín Álvarez. Yo no soy abogado, pero sé leer”, dijo en alguna ocasión.

La historia de Obregón Rentería fue contada en las páginas de EL COLOMBIANO hace un año. FOTO Jaime Pérez
La historia de Obregón Rentería fue contada en las páginas de EL COLOMBIANO hace un año. FOTO Jaime Pérez

También dice que salió loco de la cárcel, una locura que expresa con palabras elaboradas, rimbombantes o cultas, entre las que también camufla rabias, maldiciones y el deseo de justicia, de “una mínima retribución” por haberse tirado su vida.

Ese anhelo hace que Álex viva rodeada de cajas y carpetas llenas de tutelas, demandas, investigaciones de la Fiscalía, derechos de petición, todos los papeles que forman parte de su proceso. Tiene decenas de cuadernos en los que ha escrito a mano solicitudes a la justicia. Todas piden lo mismo: que se reconozca su inocencia y que una serie de fiscales, investigadores judiciales, defensores del pueblo sean, por lo menos, destituidos.

Los detalles de esta historia los reseñó a profundidad el periodista Daniel Rivera Marín, hoy editor general de EL COLOMBIANO, quien la publicó hace justamente un año.

Lea la historia completa: Alexánder Obregón Rentería, la historia de un falso positivo judicial

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