El hombre que supuestamente causó caos en el Palacio de Justicia de Medellín este viernes porque habría desenfundado un arma de fuego, según versiones oficiales, al parecer, porque no lo dejaron entrar a la oficina a la que buscaba acceso, tiene una historia de película, insólita y conmovedora.
Después de evacuar el edificio, controlar la situación y retomar las actividades propias de este lugar, trascendió que el presunto responsable del susto de esta tarde es Alexander Obregón Rentería, de 53 años, tal como lo indicarían los videos de las cámaras de seguridad.
Alexander nació en octubre de 1969 en el barrio Antioquia, de Medellín, que en ese entonces era una invasión a la que habían ido a parar prostitutas y borrachos, asesinos y traficantes de cigarrillos.
La infancia de Alexander transcurrió entre las lecturas de libros con los que le pagaban algunos trabajos a su padre, de quien no tiene muchos recuerdos, y la determinación de una madre que vendía caldos y pescados que se hicieron famosos en el barrio. Una madre que también les inculcó, a él y a sus hermanos, que nadie debía burlarse de ellos o insultarlos por ser negros.
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Alexander estudió Historia en la Universidad de Antioquia, pero nunca se graduó porque no le gustaban los computadores y, por eso, no pudo escribir la tesis. Pasó a la carrera de Periodismo, pero tampoco quiso terminar. Después, se convirtió en un profesor a sueldo y dio clases en varios colegios.
Pero la vida de este hombre dio un vuelco cuando un vecino, que le debía una plata y no le quería pagar, inventó una historia que le costó la libertad a Álex. Ese vecino, único testigo que las autoridades tuvieron en el caso, fabricó la idea de que Álex era un extorsionista, por lo cual, el 20 de febrero de 2015, lo enviaron a la cárcel mientras corría el juicio en su contra. Como siempre lo ha asegurado, fue víctima de un falso positivo policial-judicial.
El 29 de febrero de 2015 ingresó a la cárcel El Pedregal, en el occidente de Medellín, por las mentiras y la venganza de su vecino. El 23 de enero de 2016, fue absuelto y recuperó la libertad.
“Fui víctima de un falso positivo policial judicial, lo repito, en cabeza del fiscal especializado para la época fiscal 38 especializado, Víctor Emilio Arroyave Lopera, aunado a la presencia de su fiscal de apoyo, César Augusto Sarmiento Niebles, la auxiliar de fiscalía Diona Pulgarín Álvarez. Yo no soy abogado, pero sé leer”, dijo en alguna ocasión.