La disputa por las alcaldías y gobernaciones de Venezuela continúa, aún nueve días después de las elecciones regionales del pasado 21 de noviembre.
La atención de la oposición se centra en el estado Barinas, donde se libraba una apretada disputa entre el opositor Freddy Superlano, de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), y el oficialista Argenis Chávez, del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y hermano del fallecido Hugo Chávez.
Sin embargo, otra vez surgieron acusaciones sobre las presuntas irregularidades de la jornada electoral, después de que el régimen ordenara suspender el escrutinio de los sufragios para esa Gobernación, un tradicional enclave chavista.
La Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) pidió suspender la totalización (recuento), adjudicación y proclamación de los candidatos a gobernador. El TSJ dijo haber admitido una acción de amparo constitucional interpuesta por el político Adolfo Ramón Superlano “por la presunta violación de los derechos constitucionales a la participación y al sufragio” y ante “el clima de tensión entre las militancias políticas”.
La Junta Nacional Electoral (JNE) estaba a cargo de totalizar las actas faltantes de esa elección. Justamente, Barinas era uno de los territorios en los que la oposición intentaba pelear codo a codo la oportunidad de liderar un cargo de elección popular en el ámbito regional, para así retomar espacio dentro del país.