Hoy, 35 países americanos discutirán en Washington si la actual situación política de Venezuela —en especial respecto a la falta de libertades políticas y a la violación de derechos humanos— amerita expulsar al país de la Organización de Estados Americanos (OEA). Como ocurrió a mediados de 2016, el Consejo Permanente del ente regional vuelve a poner sobre la mesa una posible aplicación de la Carta Democrática. Pero cabe indagar si realmente se llegará a ese escenario, y si funcionaría para algo tal mecanismo.
Entretanto, el gobierno chavista de Nicolás Maduro ha respondido a la presión diplomática. Ayer su canciller, Delcy Rodríguez, llegó a utilizar términos peyorativos contra el secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, en el discurso que pronunció durante la reunión extraordinaria que Venezuela convocó para defenderse el día previo.
“No me equivoco cuando afirmo que el señor Almagro es un mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario que ha dedicado su gestión a agredir obsesivamente a Venezuela y su pueblo”, dijo Rodríguez, sentada al lado de Almagro.
“Anunciamos que de persistir estas agresiones y acosos contra Venezuela tomaremos severas acciones”, agregó, sin precisar cuáles.
Por último dijo que “Almagro no actúa solo. Es el conducto de los mandatos que desde esta ciudad (Washington) le dictan”, sumado al “contubernio de una facción minoritaria de países”, en referencia a las 18 naciones que, el pasado 24 de marzo, convocaron la reunión de hoy para discutir salidas a la crisis venezolana.
Colombia participa
Por supuesto, aunque siempre ha dado prioridad al enfoque diplomático, el gobierno de Juan Manuel Santos está entre los que convocaron la reunión y se mantiene como uno de los que presiona por cambios en el país vecino.
Tras el incidente fronterizo conocido el pasado 22 de marzo, con el cruce de militares venezolanos a una zona de Arauquita, en el departamento de Arauca, esa misma diplomacia implicó resolver la coyuntura. Pero ¿puede el chavismo volver al ámbito de la provocación y el enfrentamiento, tras el apoyo de Colombia a la discusión en OEA?
En diálogo con EL COLOMBIANO, Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, consideró que, como ya es costumbre, “el chavismo busca formas de cohesionar a su pueblo, y de ahí busca choques en las fronteras. En los límites con Guyana y Colombia se está moviendo y tiene un discurso bastante militarista. Ante las debilidades internas producto de la escasez y la violencia es previsible que esa estrategia siga. No obstante, no pasará nada más allá de eso entre dos pueblos que, desde 1830, han estado hermanados más allá de lo que hagan sus dirigentes”.
Estancamiento
De cualquier forma en la OEA, y comenzando por su secretario general, se está viendo mayor asertividad y voluntad de aplicar la Carta Democrática. ¿Qué tan probable es tal escenario y qué sigue? Carlos Arévalo, docente de la Maestría en Derecho Internacional de la Universidad de La Sabana, explicó que “aún es una incógnita si se va a dar una suspensión de Venezuela. Por un lado es claro el fracaso del diálogo y que siguen las violaciones a los derechos humanos y la vulneración de la democracia, pero por otro no está claro hasta qué punto la aplicación de la Carta Democrática podría servir para algo. En caso de darse ese escenario, Venezuela podría estar en pocos meses fuera del ente”.
¿Qué efecto tendría ese mecanismo? Para Nelly Arenas, politóloga y profesora de la Universidad Central de Venezuela, “no es claro que tal acción sea beneficiosa para un cambio. Podría reforzar la creación del enemigo externo del que siempre se ha nutrido el chavismo en el ámbito interno. También impide tender puentes positivos entre la oposición y la comunidad internacional, tan necesarios hoy día para presionar por la realización de elecciones”.