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El tiempo se agota y Johnson no encuentra salida con la UE

La pesca en aguas británicas y barreras aduaneras en Irlanda del Norte enredan el panorama.

  • Más allá de los detalles sobre las condiciones comerciales que regirán después del Brexit, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha querido marcar una distancia simbólica frente a la Unión Europea y demostrar que su país es soberano de nuevo. FOTO AFP
    Más allá de los detalles sobre las condiciones comerciales que regirán después del Brexit, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha querido marcar una distancia simbólica frente a la Unión Europea y demostrar que su país es soberano de nuevo. FOTO AFP

La cuenta regresiva no se detiene y después de al menos nueve meses de diálogos infructuosos, hasta el este fin de semana el Reino Unido y la Unión Europea (UE) tienen plazo último y definitivo para lograr un acuerdo en el que convengan las medidas económicas y sociales que mediarán la relación entre ambas partes a partir del próximo 1 de enero, cuando el Brexit entre en pleno vigor.

El cada vez más cercano escenario de llegar a 2021 sin un nuevo tratado y con la imposición de aranceles y barreras aduaneras para un lado y otro, pone en cuestión el liderazgo del primer ministro Británico, Boris Johnson, quien ha sostenido posturas duras, sobre todo, en lo concerniente a los derechos de pesca para barcos de países del bloque en aguas insulares.

Pero Europa tampoco cede en sus pretensiones. Este lunes, tras el reinicio de los diálogos, la presidenta protémpore de la UE y canciller alemana, Ángela Merkel, afirmó que el bloque “no necesita un acuerdo a cualquier precio” y que en caso de no llegar a un consenso, se tomarán “las medidas que sean necesarias”.

Mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, manifestó que “estos son días decisivos para nuestras negociaciones con el Reino Unido pero, francamente, hoy no puedo asegurar que al final habrá un acuerdo”, a la par que el ministro británico de exteriores, Dominic Raab, declaraba que el bloque, “lleno de pragmatismo”, era responsable de estancar el proceso y que “en cuanto a la pesca, lo esencial es que cuando acabe la transición, vamos a ser un Estado costero independiente y tenemos que poder controlar nuestras aguas”.

“Pierde Boris, pierde el país”

El panorama no se avista sencillo y menos para un Johnson ya políticamente cuestionado por el manejo de la pandemia de coronavirus. Así lo advierte el investigador asociado del Observatorio de Análisis de Sistemas Internacionales de la Universidad Externado, Rafael Piñeros, quien explica que “las encuestas y la percepción de hoy no reflejan los resultados electorales de 2019 en que ganó con una amplia mayoría y al Partido Conservador le fue bastante bien”.

Para el experto, llegar a enero sin un acuerdo posbrexit sería un duro golpe para el mandatario, pues “el Conservador ha sido un partido abanderado de los negocios, de las grandes empresas y hoy el sector financiero, la City de Londres es el que se vería significativamente afectado. Hay muchos bancos de inversión que han decidido mudarse, ya sea a Fráncfort o a París, y una gran cantidad de empresas sufriría consecuencias porque sus principales socios comerciales son países europeos”.

En ello coincide el doctor en Estudios Políticos y docente de la Universidad Militar Nueva Granada, Alejandro Godoy, quien añade que “por un lado, Reino Unido tristemente se unió a la lista de países que ha pasado de las 50.000 muertes por covid-19 y en otra instancia, con la fuga además de capitales adicionales y el pánico financiero, es muy triste ver el ocaso del país en este momento. Sí, está muy disminuido el capital político de Boris Johnson y evidentemente no alcanzar un acuerdo puede ser uno de los golpes fatales y finales a su liderazgo”.

Pero, además, Piñeros pone el foco en otro tema crucial, que no solo puede poner en jaque el acuerdo posbrexit y la gestión de Johnson, sino la compleja implementación de un acuerdo de paz: las políticas aduaneras a productos de Irlanda del Norte.

El denominado “Acuerdo del Viernes Santo”, firmado en 1998 puso fin a cerca de 30 años de conflicto entre las guerrillas independentistas norirlandesas y el Reino Unido. Para preservar esa paz, que considera “frágil”, la UE incluyó en el Brexit una disposición para que Irlanda del Norte conservara las reglas del mercado común europeo, lo que Johnson considera “una amenaza a la estabilidad nacional” y “una violación a la integridad y la soberanía” de su país.

“No se ha acabado la negociación y sin duda alguna, habrá elementos que seguirán dividiendo a europeos y británicos. Lo veo complicado en términos del compromiso y las dificultades de la unión aduanera en Irlanda del Norte, es decir, el tránsito de los productos entre Irlanda del Norte y otros países europeos o la República de Irlanda ha sido un elemento que, muchas voces han dicho, podría amenazar el acuerdo de paz. Creo que ese es el elemento central que divide ahora a comunitarios y británicos”, interpretó.

Mientras que Godoy concluyó que “con el último Consejo Europeo del año, previsto para el 10 y el 11 de diciembre, con una agenda repleta, el bloque va a estar enfocado en otros temas, como la segunda ola de covid. Definitivamente será complejo que un acuerdo posbrexit vea la luz”.

Sergio Andrés Correa

Tengo la maleta siempre hecha y mi brújula, que por lo general apunta al sur, me trajo al periodismo para aclarar mi voz. Busco la pluralidad y no le temo a la diferencia.

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