<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

La guerra en Gaza aún no sale del patio de las casas

Miles de familias se enfrentan en su cotidianidad a los residuos que dejaron los ataques. Una de ellas tiene sembrado en su piso un misil sin explotar.

  • La casa de la familia Nusier, en la Franja de Gaza y los hijos de Khalil y Shaam entre las huellas que dejó el proyectil. La amenaza es latente para todo un vecindario que clama para que las autoridades desactiven el obús. FOTOS KHALED ALASHQAR
    La casa de la familia Nusier, en la Franja de Gaza y los hijos de Khalil y Shaam entre las huellas que dejó el proyectil. La amenaza es latente para todo un vecindario que clama para que las autoridades desactiven el obús. FOTOS KHALED ALASHQAR
  • La guerra en Gaza aún no sale del patio de las casas
  • La guerra en Gaza aún no sale del patio de las casas
12 de abril de 2015
bookmark

La guerra terminó dejando en Gaza miles de residuos en la tierra, que continúan representando una amenaza para la población de la asediada Franja. A pesar de que el bombardeo israelí acabó, hay todavía en el terreno una gran cantidad de misiles y munición sin explotar (UXO, por su sigla en inglés) e incluso sin identificar, que en cualquier momento podrían estallar y causar nuevas tragedias. Especialmente en cuanto a los niños, que juegan cerca de ellas sin percatarse del peligro que corren.

La mayoría de estos objetos se ubican en sitios que los israelíes identificaron como áreas de resistencia palestina, pero casi todos los lugares están ubicados en plenas zonas residenciales de la Franja de Gaza, en especial en la frontera este, que fue objetivo de la artillería de Israel por varios días durante la ofensiva (8 de julio al 26 de agosto de 2014).

Desde el alto al fuego, la familia Nusier de la localidad de Beit Hanoun, al norte de uno de los territorios más densamente poblados del mundo, no ha dejado de vivir entre el miedo y el horror. Su casa de cuatro pisos fue atacada con armamento pesado de aviones F-16, que se alojó justo debajo de ella, pero que nunca explotó.

Siham Nusier, con 35 años y madre de cinco niños, vive con su familia en dicha casa, tratando con dificultad de reunir coraje para quedarse con nosotros en el exacto lugar donde el misil cayó para poder describirnos su sufrimiento y su temor a la explosión del obús. “No vivimos como seres humanos normales, porque en cualquier instante podemos morir si esta bomba explota. Siempre mantengo a mis hijos en mi regazo cuando duermo, para que muramos juntos si el misil llega a detonar”, dijo a EL COLOMBIANO.

Forzados a volver

La gran familia, de 20 personas, se vio forzada a alquilar otra casa para vivir, dado el temor a que el misil estallara. Las condiciones económicas no permitieron después a la familia pagar los alquileres de ese y otros inmuebles, obligando a los Nusier a volver a residir en su hogar de siempre, el que contiene el proyectil sin explotar abajo, algo que implica para ellos vivir con la posibilidad de la muerte en cada segundo.

Khalil Nusier, de 37 años, esposo de Siham y padre de cinco, aseveró por su parte que “la guerra en Gaza ha finalizado, pero no en nuestra casa. El misil, las pesadillas y las premoniciones nos persiguen cuando dormimos. Necesitamos apoyo psicológico porque nuestros intensos temores nos controlan. Hacemos un llamado a cualquiera que sepa de nuestro caso, a que busque una forma de ayudarnos para retirar esta bomba de nuestro hogar”.

No son solo los Nusier los que viven constantemente horrorizados. Todo el barrio teme que el obús reviente en cualquier momento. Los residentes denominan a esta parte de Gaza como “el área donde la guerra no ha terminado”.

Sudor y lágrimas

El Departamento de Explosivos de la Policía Palestina no ha podido resolver el problema debido al gran tamaño del misil. No cuenta además con equipos de alta tecnología y no tiene por tanto los medios necesarios para hacer frente a estos casos.

En realidad, la situación sigue siendo riesgosa no solo en esta zona, sino en toda la Franja, a pesar de los esfuerzos de la Unidad de Ingeniería de Explosivos dependiente del Ministerio del Interior en Gaza para recoger y posteriormente destruir estos objetos sospechosos lejos de las zonas residenciales. Hay mucha munición sin explotar bajo las ruinas de las casas destruidas, que son fáciles de alcanzar. Además, está la falta de conocimiento suficiente de los riesgos que suponen estos artefactos, especialmente entre los niños y los estudiantes de las escuelas que, por supuesto, son los más vulnerables.

Durante la guerra, un proyectil explotó mientras que una unidad especializada trataba de desactivarlo y desmantelarlo, hecho que significó el sacrificio de tres de los mejores expertos en explosivos que había en Gaza, además de dos periodistas que cubrían el suceso, uno de ellos de nacionalidad italiana.

De acuerdo con el Servicio de Naciones Unidas para la Acción contra las Minas (Unmas), se registraron 10 muertes civiles debido a la exposición de remanentes explosivos de la ofensiva israelí, y 46 heridos, entre los cuales 12 son niños.

El padre de Mohammed Al Malahi, residente del sector oeste de Khan Yunis, al sur de la Franja, dice que su hijo de 12 años perdió el brazo derecho y sufrió graves lesiones en los pies, así como deformidades de la cara y diferentes partes del cuerpo como resultado de la manipulación de un misil sin explotar de la aviación israelí que había en la zona.

Esta área ya es llamada el “antiguo asentamiento” de Gaza, dadas las decenas de bombas sin detonar que alberga, y siendo un objetivo principal para el Estado judío por albergar centros de entrenamiento de la resistencia palestina.

‘’Un niño no sabe diferenciar bien lo que es peligroso de lo seguro, desean jugar casi en cualquier lugar y esto es lo que le costó la mano a Mohammed. Es muy triste lo de mi hijo porque se trata de una lesión muy grave en la edad temprana”, afirmó Al Malahi a EL COLOMBIANO.

“Hay todavía bombas y proyectiles israelíes enterrados en las arenas de la playa del oeste de Khan Yunis, que representan una amenaza silenciosa para nosotros los residentes, en especial para los niños que juegan cerca de ellos sin saber lo que son”, agregó.

Por sus pertenencias

En el barrio de Al Shejaya, al este de Gaza, los propietarios de viviendas devastadas se abstienen de buscar algo utilizable de sus pertenencias bajo las ruinas, por temor a los proyectiles de artillería sin explotar. Este sector fue atacado con cientos de proyectiles de tanques israelíes, apuntando directamente a las casas.

Ibrahim Abu Shaar, habitante del lugar, explicó a este diario que tras el regreso inicial de los desplazados a la zona devastada, varios residentes lograron recuperar algunas de sus posesiones entre los escombros. Las habían dejado atrás durante el bombardeo: lavadoras, neveras, camas, colchones, cobijas y sábanas, entre otras.

Y las removieron con el fin de utilizarlas de nuevo, como consecuencia de la crisis de vivienda y el desplazamiento que aflige a los gazatíes. Pero tal como aseveró Shaar, en esas primeras pesquisas por pertenencias se encontraron a su vez tantos proyectiles sin detonar entre las ruinas que de inmediato estos gazatíes alertaron a los demás para que se mantuvieran lejos e informaron a la Autoridad Nacional Palestina sobre lo que ocurría.

Estadísticas emitidas por la Unidad de Ingeniería de Explosivos de la Policía Palestina en Gaza muestran que el Ejército israelí lanzó más de 20.000 toneladas de explosivos en la Franja, utilizando además armas prohibidas por las leyes internacionales y proyectiles altamente explosivos durante la más reciente agresión contra los gazatíes.

El hecho mató a más de 2.000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, y dejó heridos a miles de civiles, de los cuales cientos quedaron en estado crítico.

La Autoridad Nacional Palestina aseguró además que las aeronaves israelíes descargaron de julio a agosto de 2014 más de 8.000 toneladas de explosivos durante su ofensiva, destruyendo familias enteras y eliminándolas del registro ciudadano.

La Policía Palestina dijo a EL COLOMBIANO que “el Ejército Israelí usó casi todas sus mayores capacidades militares contra la Franja de Gaza, tales como drones, helicópteros AH-64 “Apache”, aviones F-15 y F-16, que lanzaron un amplio rango de misiles, entre ellos los MK82, MK83 y MK84”, y que causaron masivas explosiones y destrucción alrededor de sus objetivos. Además dispararon más de 60.000 proyectiles de artillería contra territorio gazatí, que es, por lo demás, uno de los más densamente poblados del mundo.

El Oficial Abu Hamza Al Najjar, de la Unidad de Ingeniería de Explosivos de la Policía, confirmó desde Khan Yunis que su equipo trabaja día y noche para eliminar los restos de guerra y las bombas silenciosas que acechan al pueblo de Gaza. Explicó que encontraron en dicho sector bombas que pesan entre 150 y 1.000 kilos, y que tratan aún con muchos artefactos explosivos sin detonar. Al Najjar aseguró que estos probablemente eran provenientes de drones y aviones F-16, la mayoría de los cuales está cerca de la zona de amortiguamiento, donde la ocupación israelí asaltó durante la víspera de la guerra.

Respecto al peligro que viven los gazatíes frente a estas explosiones al azar, Al Najjar advirtió que trabajan en el desmantelamiento con posibilidades muy limitadas y pidió a los ciudadanos que encuentren artefactos sin detonar llamar a la policía de inmediato e informar sobre su paradero, acción que permitirá que sea manejado de la manera correcta para evitar daño a la gente.

En vista de la falta de personal especializado en manejo de explosivos, y las herramientas sencillas con las que trabajan los pocos que hay en la Franja de Gaza, el sector privado palestino se ha sumado a la búsqueda de asesoría en estos asuntos, pero hasta que eso no se logre en su totalidad, muchos residentes continuarán viviendo en un contexto de guerra y de temor por morir en cualquier momento.

8
mil toneladas de explosivos se calcula que fueron lanzados sobre la Franja, entre julio y agosto en 2014.
2.143
personas murieron en la ofensiva, entre ellos 577 niños, según datos de la Autoridad Palestina.
El empleo que busca está a un clic

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD