Un nuevo gobierno en Haití funciona desde hoy en cabeza de Ariel Henry, como primer ministro, cargo en el que fue nombrado por el expresidente Jovenel Moïse, días antes de su muerte, si bien, no alcanzó a posesionarse entonces.
Así quedó establecido, según información de la agencia AFP, tras un acuerdo entre Henry y Claude Joseph, quien se estaba desempeñando como primer ministro interino y quien renunció ayer a este puesto, pero no a la administración, pues se mantendrá en la cartera de Exteriores.
La decisión se conoció ayer, dos días después de que la comunidad internacional instara a Henry a conformar un nuevo Ejecutivo. Los representantes en Haití de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y de la Organización de Estados Americanos (OEA), y los embajadores de Estados Unidos, Francia, España, Brasil, Alemania y Canadá, le dieron la espalda a Joseph, cuya autoridad reconocieron días atrás, cuando asumió el poder tras el magnicidio.
Piden convocar elecciones
Para Luis Fernando Vargas, profesor de Asuntos Globales de la Universidad Eafit, con su dimisión, Joseph cede a la presión de la comunidad internacional, que no es más que “una respuesta apenas obvia” al revuelo causado por las declaraciones de los exmilitares colombianos investigados por el homicidio de Moïse, según las cuales Joseph sería una de las personas detrás del crimen. “Hay un manto de duda en torno al rol de Claude Joseph y eso lleva a una reacción desde las diferentes latitudes, lo que también tendría que derivar en que se ahonde en las investigaciones para determinar su responsabilidad en el asesinato del presidente”, indicó el experto.
Sobre este punto, Joseph dijo la semana pasada que no le afecta que la prensa lo haya relacionado con el asesinato del presidente, aunque criticó que viertan este tipo de informaciones.
Entre tanto, EE. UU. celebró la formación del nuevo gobierno en cabeza de Henry. “Nos alienta ver a los actores políticos y civiles haitianos trabajando para formar un gobierno de unidad que pueda estabilizar el país y sentar las bases para elecciones libres y justas”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, y añadió que colaboran con Haití “para fomentar un diálogo inclusivo y un gobierno basado en el consenso”.
Según la visión de la comunidad internacional, este consenso deberá organizar “en el plazo más breve posible” las elecciones presidenciales y legislativas, que deben ser “libres, justas, transparentes y creíbles”. Por el momento, nadie sustituirá a Moïse, quien gobernaba Haití por decreto, después de que las elecciones legislativas de 2018 se postergaran por disputas, por lo que el país aún carece de un legislativo en funciones.
Felipe Buitrago, politólogo y analista internacional de la Universidad de Antioquia, indicó que las elecciones en la isla son muy importantes ante la inestabilidad política y social que se vive: “La comunidad internacional presiona para que haya elecciones y se genere una transición política de poder, tranquila y pacífica. Esto traerá nuevos liderazgos que podrían apoyar los grupos internacionales, y eso le puede generar beneficio a Haití, que siempre ha estado sumido en el abandono”.
Vargas dijo que el país caribeño tiene entre sus retos construir instituciones sólidas que sirvan a las necesidades de una sociedad que padece muchos males. “Esas elecciones pueden recomponer el rumbo del país”, puntualizó