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Hace 72 semanas que la tinta y el papel comenzaron a escasear. El pedido se había hecho correctamente al proveedor y los insumos, incluso, ya habían llegado al país, pero nunca fue posible sacarlos de la bodega de la Aduana. No hacía falta indagar el porqué. La situación era ya conocida por periodistas y directivos de medios.
Por un bloqueo idéntico por parte del Gobierno de Daniel Ortega, El Nuevo Diario, el segundo medio más importante de Nicaragua, que formuló críticas a la violenta represión estatal a las protestas contra el presidente que data de abril de 2018, cerró el pasado 27 de septiembre. El turno de soportar presiones era ahora para La Prensa, la última casa editorial que produce medios impresos en la nación centroamericana.
La alerta por la situación que atraviesa La Prensa se encendió el pasado lunes 3 de febrero, cuando su editorialista Luis Sánchez Sancho escribió una columna en la que afirmó que “matar a La Prensa ha sido un viejo delirio totalitario de Daniel Ortega, que no lo pudo realizar durante la revolución sandinista de la década del ochenta”.
Sánchez agrego que de lograr ese propósito, el Gobierno “también mataría una parte esencial de la libertad de información “ y asimismo, el gerente financiero del grupo editorial, Ernesto Juárez, advirtió que en ese caso Nicaragua se convertiría “en el único país del mundo que no tendría un periódico impreso”.
“Hagan uso de la obligación de proteger. ¡No dejen morir a La Prensa!”, concluyó el editorialista en un claro llamado a la comunidad internacional.
Desde septiembre de 2018, el Ejecutivo nicaragüense empezó a presionar económicamente a los medios de comunicación del país mediante el bloqueo de sus materias primas a través de la Dirección General de Aduanas. Esto ocurrió luego del cubrimiento periodístico del estallido social contra el presidente y la violenta represión de las fuerzas del Estado, que según organismos humanitarios citados por AFP, deja a la fecha 328 muertos, 85.000 exiliados y cientos de prisioneros.
El periodista nicaragüense Ludwin Loáisiga explicó que desde 2018 “empezaron los ataques dirigidos a medios críticos. En septiembre del año pasado cerró El Nuevo Diario, pero unos meses antes había cerrado Q’Hubo y también otro periódico que se llama Metro. Así mismo, el Gobierno mantiene la confiscación al canal de televisión 100 % Noticias y a la oficina de la revista digital Confidencial”.
Por su parte, en conversación con EL COLOMBIANO, el integrante de la Comisión Ejecutiva de Periodistas Independientes de Nicaragua, Julio López, manifestó que “evidentemente es una estrategia política del Gobierno para tratar de disminuir la cantidad de información que llegaba a través de los diarios nacionales, porque el bloqueo aduanero afecta directamente la libertad con la que La Prensa, en este caso, pudiese desarrollar sus labores informativas con absoluta normalidad”.
De momento, el presidente Daniel Ortega no se ha referido directamente a los bloqueos aduaneros que afectan el ejercicio periodístico, sin embargo, destaca Loáisiga, “lo que sí ha hecho el Gobierno es decir que los medios de comunicación independientes son creadores de noticias falsas”.
Para superar las presiones, a La Prensa no le quedó otro camino que adaptarse y trabajar con las uñas. Su director, Jaime Chamorro, le contó a EL COLOMBIANO que tuvo que reducir a ocho páginas cada edición e imprimir los ejemplares en remanentes de papel bond.
“Había 12 pedidos de insumos, unos pequeños y otros grandes, que suman 400.000 dólares y que fueron retenidos por cerca de 500 días. Mantuvimos todas las noticias en la página web para que nuestros lectores tuvieran la información completa. La situación fue tal que tuvimos que sacar ediciones hasta en papel satinado porque fue lo único que encontramos”.
Actualmente, un respiro a la crisis llegó como caído del cielo: el nuncio apostólico en Nicaragua, Stanislaw Waldemar, se ofreció como mediador entre el periódico y el Ejecutivo para poner fin al bloqueo. Una intervención que ayer dio los primeros frutos.
“El nuncio es el único puente que hay en este momento con el Gobierno, no solo para este tema, sino para la liberación de presos políticos y otras gestiones. El director general de Aduanas me llamó y me dijo que nos iban a liberar el material. Este viernes llega un pedido pequeño de papel que está aquí en Managua y lo vamos a sacar, porque hay otro pedido que está en el puerto, pero la bodega acaban de fumigarla porque estaba infestada de polillas. No sabemos cómo está el material”, señaló Chamorro.
El director periodístico aseguró que en cualquier caso, La Prensa no dejará de hacer crítica responsable: “Ortega utilizó las instituciones y las manipuló para controlar todos los poderes. Por eso vamos a seguir vigilantes” .