La inmigración ”irregular” hacia Europa continúa siendo uno de los problemas de primera relevancia en el viejo continente, a pesar de avisos reiterados de que las instituciones europeas ponen muy poco cuidado a lo que ocurre en fronteras.
Más de 23.000 migrantes han muerto mientras intentaban alcanzar alguna nación de la UE entre 2000 y 2013, una cifra un 50 por ciento mayor de lo que se calculaba con anterioridad. Esto implica un promedio de más de 1.700 fallecimientos registrados cada año.
La estadística es producto de la investigación The Migrants Files, llevada a cabo por nueve periódicos del viejo continente (Neue Zürcher Zeitung de Suiza; El Confidencial de España; Le Monde Diplomatique de Francia; Mondiaal Nieuws de Bélgica; Radio Bubble de Grecia; Sydsvenskan de Suecia; HBL de Finlandia; y L’Espresso de Italia). Es la base de datos más exhaustiva sobre muertes de inmigrantes indocumentados publicada hasta la fecha.
Tal como estableció el diario El Confidencial al publicar los resultados de la investigación, “a este resultado se ha llegado gracias al análisis de datos de diversas fuentes que van más allá de las escasas estadísticas oficiales, elaboradas solo en pocos países europeos. El punto de partida ha sido la recopilación que realiza el periodista italiano Gabriele Del Grande a través del Observatorio Fortress Europe”.
“Su información ha sido cruzada con la de United for Intercultural Action, una ONG paraguas de las más de 550 que, en varios estados de Europa, monitorizan los flujos migratorios, y con la del proyecto Puls, de la Universidad de Helsinki, una colaboración con el Centro de Investigación de la Comisión Europea y la Agencia de Control de Fronteras (Frontex)”, agregó.