Dejar tierra firme por unas horas. Entrar en contacto cercano con el elemento más importante para la vida: el agua. Dedicarse a la práctica de un deporte, a recorrer sitios nuevos, o simplemente a contemplar el paisaje a lo lejos en la orilla de lago, el embalse o la bahía.
Esas son algunas de las posibilidades que ofrece el nuevo bote de Yamaha, que la firma Eduardoño comenzó a ensamblar en Colombia.
Se trata del Wake Rider 210, un bote diseñado para su utilización en aguas tranquilas, como las del embalse de El Peñol, donde fue presentado hace algunos días de manera oficial.
Esto se refleja en su puntal, o la altura del casco, que por ser baja, no es conveniente en mar abierto ya que los oleajes fuertes lo afectarían.
Se trata de un bote multipropósito. Puede servir como un vehículo de recreación o para paseos familiares, pues cuenta con una capacidad de llevar hasta nueve personas de manera cómoda y amplia. También puede ser utilizado como un bote de transporte recreativo, y, además, puede ser utilizado como medio para la práctica de deportes especiales como el wakeboarding , una especie de esquí, pero que se práctica con una sola tabla.
Para está práctica deportiva la lancha puede lastrarse, gracias a un tanque que está ubicado bajo el casco, y que al llenarse con agua permite que en su desplazamiento el bote genere una estela más compacta. Así, la tabla puede deslizarse con facilidad y generar maniobras de alto impacto sobre el agua.
Todo el bote está fabricado en materiales compuestos, casco, superestructura y refuerzos. Cuenta con elementos en acero inoxidable y aluminios anonizados para evitar el impacto de la corrosión. La hidrodinámica del bote fue desarrollada en su totalidad por Yamaha.
El pasado fin de semana, EL COLOMBIANO, tuvo la oportunidad de viajar en este bote por el embalse de El Peñol. Como una embarcación orientada a un segmento de diversión y de esparcimiento en una buena medida, una de sus características es la comodidad y la posibilidad de modular el espacio para ubicar los sitios de acomodación de los paseantes y los elementos que hagan el viaje más placentero.
El desplazamiento del bote sobre el agua se hace de manera estable gracias a su motor Yamaha de 150 centímetros cúbicos. No existe en ningún momento una sensación molesta de excesivo movimiento para quienes viajan en él y que tal vez, no están (o no estamos) muy acostumbrados a desplazamientos sobre el agua. Igual sensación de estabilidad se aprecia en los giros que hace en su recorrido y que le agregan más emoción al viaje sobre lo que era el antiguo municipio del oriente antioqueño, dormido ya bajo las aguas de la represa.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6