Durante los 10 años de profesionalismo han sido más las altas que las bajas para Andrés Felipe Orozco, ese defensor que le tocó vivir la tragedia del terremoto en el Eje Cafetero de 1999 y que ahora goza de la confianza del técnico extranjero Ramón Cabrero en Atlético Nacional.
La vida ha sido benévola con Orozco, pues su paso por Argentina le significó, cinco años después, un hecho que lo marcará deportivamente. Cuando actuaba en Racing de Buenos Aires lo apreció Cabrero y se creó tan buena imagen suya que lo nombró como su máximo representante en el conjunto verdolaga entregándole la cintilla de capitán.
Esa distinción que portó el ex volante Alexis García en la mejor época del club y que llevó el ex goleador Víctor Aristizábal en la última era victoriosa con dos estrellas en 2007 está en poder ahora de un zaguero de 30 años de edad que llegó como refuerzo y apenas empieza a ratificar sus condiciones porque el semestre pasado no se hizo notar.
"No es la primera vez que soy capitán de un equipo como algunos creen", aclara el portador del número 5, el mismo que lo ha identificado en la mayoría de los siete clubes que ha integrado entre 1999 y 2009.
Para descartar que es un novato en este nuevo cargo, el "patrón" de la zaga verde, que hoy visitará al América de Cali por la segunda fecha de la Copa Mustang II, recordó que "yo también fui capitán dos años del DIM, varias veces en Dorados de Sinaloa, en las selecciones juveniles de Colombia y en dos partidos del combinado de mayores en los amistosos ante Polonia y Liberia".
Si bien no tuvo un buen arranque en el verde, aunque asegura que "el pasado estratega me cobró una expulsión", Andrés Felipe está seguro de que tanto él como sus compañeros de experiencia tienen el fútbol necesario para terminar con la racha negativa que vive Nacional.
Orozco confía en la capacidad de Cabrero para recuperar el estilo y en "nuestro talento para que el verde despegue aprovechando el cambio de estilo, el compromiso de cada integrante y la convicción que tenemos".
El liderazgo que le sobró en Quindío, Medellín, Racing, Dorados, Morelia (ambos mexicanos) e Internacional de Brasil lo quiere explotar al servicio del Nacional, que esta tarde en Cali tendrá cuatro novedades en relación con el grupo que empató 1-1 con Equidad.
"A mi me trajeron para aportar y así no haya tenido continuidad en el torneo pasado, estoy dispuesto a hacerlo porque no se me ha olvidado jugar y sé que los inconvenientes se superan con inteligencia".
De lo último no le quedan dudas. "Soy un jugador vigente, tengo experiencia y asumo mis responsabilidades como las de guiar y liderar al club como su capitán", explica.
Orozco, al igual que sus compañeros, desea lo mejor para Nacional que aprovechará la sapiencia de Ramón Cabrero para recuperar el fútbol, la jerarquía y ante todo el amor de la afición. El resto, el tiempo dirá. Y ahí sí saber si Cabrero tenía razón para llamarlo capitán.
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