En primer lugar vale la pena explicar que todas las partes de un motor de combustión, sufren un proceso de calentamiento en la medida en que alcanzan su temperatura normal de operación. Este es producido por el calor que se genera en su interior y es evacuado por la refrigeración y por el lubricante.
Sin embargo, al interior del motor muchas partes alcanzan temperaturas de funcionamiento tan altas que se dilatan de forma importante, y producen cambios en las medidas que requieren para su normal funcionamiento.
El caso particular del mecanismo accionador de las válvulas, exigía por su construcción, una tolerancia que permitiese la dilatación y evitase que por efecto de ésta, las válvulas quedasen abiertas de forma permanente, produciendo un incorrecto sellado de las cámaras de combustión.
Por tratarse de dispositivos mecánicos, el tiempo y el uso, producían desgaste que aumentaba las tolerancias y generaban un incorrecto funcionamiento en este sistema.
Por ello, cada cierto tiempo debía compensarse ese desgaste con el procedimiento de calibrar válvulas.
Hoy en día, los mecanismos accionadores de las válvulas tienen unos dispositivos operados por la presión del aceite del motor que son capaces de compensar las dilataciones mencionadas de forma automática y permanente y a su vez compensan también los desgastes ocurridos en su proceso de operación normal.
Son los llamados levanta válvulas hidráulicos y tienen, entre otras ventajas, el ser más silenciosos y mucho más eficientes en el consumo de combustible.
Por lo anterior, las operaciones de calibrar válvulas desaparecieron prácticamente del mantenimiento de los vehículos modernos, y solo ellas se hacen notar cuando por desgaste del motor, o pérdida de las propiedades del lubricante, se vuelven ruidosas indicando que los levanta válvulas no están desempeñando su función de la manera correcta.
*Ingeniero mecánico, gerente Autotest S.A
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