Don Fulano, a quien muchos conocen como Óscar Hernández y en la calle llaman Papel Sobrante, dejó descansar su columna.
La columna más antigua de El Colombiano, con más de 50 años de permanencia. ¿Pero cuántos? No sé exactamente cuántos años. Yo era empleado de El Diario y tenía una columna llamada Sopa de Letras. Un día, Juan Zuleta Ferrer me mandó preguntar si quería pasar la columna para El Colombiano. Y la pasé".
Le cambió el nombre por Papel Sobrante, como el de una editorial que tuvo, en la cual editó 12 libros de escritores que no tenían plata para hacerlo. En el diario, así como en tipografías, pedía el papel sobrante y cortaba ese material con unas tijeras.
Óscar Hernández Monsalve nació en Medellín el 3 de noviembre de 1925. Y a pesar de que se dedicó al periodismo desde los 15 años, da lidia encontrar a una persona que haya sido tantas cosas en la vida. A los trece años inició labores: fue boxeador entrenado, quién lo creyera, por una vieja gloria del fútbol: Julio "Chonto" Gaviria. Y Óscar le sacó provecho al aprendizaje. Retaba y se dejaba retar de peleadores en pueblos de Antioquia y el Viejo Caldas, hasta que un contrincante le dio un puño de hierro que casi lo mata, de modo que decidió que lo suyo no era el boxeo.
Exterminador de hormigas arrieras para campesinos de Risaralda, cantante de una iglesia protestante, soldado voluntario, futbolista, camionero, obrero, pescador, poeta, fabricante de refrescos, cantinero, relojero, vendedor de libros, escritor, compositor de pasillos, gerente de una compañía de investigaciones de seguros, músico, actor de cine...
En El Correo, cubrió deportes durante años. Como el cazador que conserva las cabezas de sus más grandes presas en la sala, él guarda periódicos en los que aparecen entrevistas a Pelé y otras estrellas.
Ante la mirada de "mi patrón", Carlos Gardel, Óscar, quien se define socialista cristiano —no militante de izquierda ni de ningún partido, explica— busca argumentos para sus columnas en las Escrituras. Como en esa de hace algunos días en la que criticó a los acumuladores de fortuna, con la irónica idea de fundar un planeta para los pobres.
"No son ideas de izquierda. Ayer leía la Carta de San Pablo a Timoteo y le decía: "la raíz de todos los males es el amor al dinero". Y el mismo Gardel lo dijo en un tango: ¡Cuántas miserias se precisan para hacer una gran fortuna…. Porque si unos tienen en exceso es porque a otros les falta".
Desde el principio de su columna ha sido el periodista de opinión que mejor ha utilizado el espacio: escribe sobre dos temas, separados por una "pausa", que bien puede ser una reflexión o un chiste que arranca una breve sonrisa.
"¿Ya está haciendo el curso para aprender a caminar por las alcantarillas? Empiécelo porque no se puede andar sobre 20 mil taxis, miles de autos particulares y enjambres de motocicleta?", dijo en una pausa de julio pasado.
¿Si tuviera que preparar Papel Sobrante esta semana, de qué escribiría?
"Me hormiguea el tema del hacker acusado de alto espionaje. El Gobierno debe aclarar quiénes mienten y no continuar con la táctica de echarles tierra a las cosas. Y otro asunto es el florecimiento deportivo del país en los últimos meses. Todos los días sale un campeón mundial".
Don Fulano se encierra a escribir novelas y poesía, no sin antes lanzarme una de sus paradojas: "la mala fama también es buena".
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