En las parejas de antes eran mínimo cinco, en las de hoy a veces ni hay. Algunos matrimonios modernos se alejan de los adagios de que los hijos traen el pan debajo del brazo, que antes de morir hay que plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo; y que Dios bendice al matrimonio a través de los hijos. Hoy, por razones profesionales, académicas e incluso, por temores, muchas parejas deciden no tener descendencia.
Claudia Vélez y su esposo Jorge Jaramillo, conforman uno de esos matrimonios. "Lo que nos motivó a tomar esa decisión es la responsabilidad tan grande que es tener un hijo, además de los factores económico y social. Cada vez estamos más convencidos de que fue la mejor decisión y hasta hacemos bromas de lo estresante que sería un hijo en nuestras vidas".
Más razones
El compromiso, el temor a desestructurar la relación de pareja y que solo uno de los padres quede con la responsabilidad, sumado a la posibilidad de trascender en la intelectualidad por medio de posgrados, son para Carolina Londoño Gutiérrez, sexoterapeuta del Centro Psicopedagógico Integrado (Cepi), otras de las razones que motivan esta decisión.
"Esto no debe interpretarse como que son parejas egoístas. Lo que ocurre con ellas es que tienen un espíritu altruista desarrollado en otras áreas y optan, por ejemplo, por la adopción tipo patrocinio. Ellos tienen una visión del mundo distinta, quieren viajar, construir y aportar desde otros lugares".
Es importante considerar también que los conceptos de ser pareja y de ser padres se han transformado. Hoy lo uno no es sinónimo de lo otro. La realización de la pareja no está en ser padres.
"En las parejas ya no hay reglas fijas, es una nueva tendencia. Ahora no dan por hecho que para estar juntos tenga que haber de por medio un hijo que justifique su amor ni su vínculo como familia. Podría pensarse entonces que es una nueva forma de familia", señala Chiquinquirá Blandón Montes, psicóloga clínica de la Clínica del amor.
La decisión
Debe ser un consenso entre la pareja. Aquí no hay lugar para obligar o presionar a alguno de los miembros.
"Para ser padres o no considerarlo, siempre debe haber un común acuerdo, porque de no hacerlo posteriormente el hijo puede ser el depositario de esa decisión, puede haber rechazo o por el contrario, puede ocurrir que quien no quería convertirse en padre empieza a ejercer esa función paternal o maternal", advierte Rogers Cid Patiño Chaverra, director de Psicocid.
Quienes toman esta decisión son parejas con características comunes. Por lo general, son jóvenes profesionales, con proyectos de vida muy estructurados, con claridad sobre lo que realmente quieren en la vida y que no están dispuestos simplemente a seguir lo que está preestablecido. También ocurre en parejas reconstituidas, donde ambos o uno de los dos ya tuvo hijos y deciden vivir solos.
Queda claro entonces que los hijos hoy no son lo único que da sentido a la vida en pareja, definitivamente los tiempos cambian.
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