Dos jugadores de la Selección Colombia sub-20 tomaron el libro en sus manos, y no reconocieron ni a un solo jugador. "¡Cómo no van a conocer al Pibe Valderrama, al Tino Asprilla, al Tren Valencia… Por eso siento que esta historia, esta generación, tiene que ser contada".
Mauricio Silva Guzmán, el periodista que vivió la goleada de Colombia a Argentina de 1993 en un hotel de tierra caliente y con una herida en la cabeza por culpa de un televisor, convirtió una crónica en un libro: El 5-0, increíble crónica del partido que cambió para siempre la historia del fútbol colombiano, las historias no sabidas de ese equipo, "ellos la cuentan, son sus voces, sus recuerdos".
¿Por qué contar el 5-0?
"Hace un año y medio empecé a recolectar datos de ese momento histórico, pero sobre todo de esa selección. De lo que se vivía en ese momento. El libro comienza en la victoria en la Copa América de 1993 y en el partido de ida de la eliminatoria en Barranquilla, y termina con el Mundial de 1994 y la muerte de Andrés Escobar. Es lo que vivíamos, y el país no conocía una cantidad de cosas de esa, la ‘mejor selección de todos los tiempos’. Había que contarlo".
¿Cuáles fueron los secretos que encontró en ese triunfo?
"Muchos. El 5-0 es la suma de varias cosas que se dieron a favor y el Mundial de 1994 es la suma también de muchas cosas, terribles, que nos llevaron a la debacle, que nos lleva al torneo más triste que se pudo haber ganado Colombia, que es el de la tragedia. El asesinato de Escobar es consecuencia de lo mal y la recocha que fue después del 5-0".
Entre la responsabilidad que encontró de esa tragedia de 1994, ¿qué parte tiene el 5-0 y qué parte el entorno de ese país de entonces?
"Ambas cosas pesaron mucho, pero el entorno era bravo. Solo hay que ver, la fiesta que se hace en el hotel tras la victoria es patrocinada por Justo Pastor Perafán. Una vez Colombia vuelve del partido de Buenos Aires, secuestran al hijo del Chonto Herrera en Medellín; un mes después asesinan al hermano de Fredy Rincón en Buenaventura. En ese entorno viene toda la relación con el Cartel de Cali, de cómo los capos del Cartel retuvieron a la Selección Colombia la noche del 10 de junio es esa ciudad, ellos mismos lo cuentan. Este era un país traqueto, y esa Federación estaba permeada".
¿Cómo hizo para que los futbolistas salieran del lugar común del ‘hicimos lo que nos dijo el profe’ para contar una verdadera historia? ¿Por qué los protagonistas "malos" del Cartel de Cali no están?
"Pues eso es algo indudable. Pero también por la cercanía que se logró. Ya son tipos fuera del fútbol activo, el único profesional es Faryd Mondragón, que estaba joven. Tienen una edad en que ven la vida desde la tribuna. Y entendieron que Colombia seguía sin saber estas historias, y tiene que ver que uno como periodista, tiene que preguntar. El periodismo lento da eso, poder conversar, y con ellos se pudo. Tuve hasta confianza con los jugadores. Además, preguntaba por el otro y los retaba. Al "Tren" por lo que dijo de él Rincón, y viceversa. Y así se fueron develando muchas anécdotas".
El libro habla de la relación con el Cartel y el apoyo a la candidatura de Samper, ¿siente que se convirtió en un libro más judicial que de un hecho deportivo?
"Ese es el panorama de este país, y somos eso. Haciendo la investigación de ese momento me reafirmé que hacemos parte de una sociedad violenta, de una sociedad "traqueta y asesina" de ese tiempo. Tanto que en el día más grande de nuestros fútbol nos asesinamos con 76 muertos y 912 heridos. Samper ya mandó una carta pidiendo que en una próxima edición se diga que eso no es cierto. No quería hacer un libro de denuncia, que hablara de las malas acciones, pero sabía con qué me iba a encontrar. Quería contar la historia de uno de los mejores equipos de Colombia, de su historia, que llegó al punto más alto con ese 5-0 histórico".
¿Qué tantas historias quedaron sin contar?
"No son muchas, acá se revela bastante. Hay historias que se van de XXX en las habitaciones de las concentraciones, Faustino era uno de esos, que alquiló a escondidas la suite del hotel para la celebración. Los más pelaos, y sobre todo los que no estaban casados, sí cuentan sus piruetas. Pero no es para contar las intimidades de ellos, no es para eso".
¿Alguien lo ha llamado después de la publicación?
"Con muchos he hablado, y otros, como Barrabás Gómez, me llamó a hacer claridades, por ejemplo que el Cartel de Cali no los había secuestrado sino invitado a la reunión antes del Mundial. Pero siento que no hay quejas mayores por lo que encontraron. Fue un diálogo abierto. Y el expresidente Samper pide que incluyamos la fe de erratas diciendo que en el libro hay cosas falsas (ver recuadro). Yo no lo digo, son los jugadores, y ahí están las grabaciones".
Esta selección de hoy, de jugadores en Europa, inalcanzables y muy higiénica, ¿podría tener un relato tan interesante como estos protagonistas del 5-0?
"Seguramente, son entretenidos. Usted, su mamá, yo, cualquiera, todo ser humano tiene una historia que merece ser contada. Todos tenemos secretos, hay una vida que contamos y otra que guardamos. Y esta selección las tiene, yo ya sé cuentos de ellos. Y algún día se tendrá que contar. Aunque sí es claro, eran dos momentos de país y de deporte. Los de ayer son muy diferentes de los de hoy, los de los 90 fueron los primeros que intentaron ser diferentes. Los de esta selección ya lo son".
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