Son sitios en los que algunos fueron a estrenar la cédula y ahora pueden volver para acompañar a sus hijos a hacer lo mismo.
Berlín, Dalí, El Guanábano y Canciello son los dinosaurios de la rumba joven en Medellín que tienen la proeza de mantenerse abiertos en una industria con permanencias tan efímeras como la del entretenimiento nocturno.
Han sobrevivido a las nuevas olas musicales y se mantienen fuertes.
Los secretos de la juventud
Tienen el referente de recuerdos tal como lo son cientos de lugares en otras latitudes, donde los visitantes pueden ir a recordar el lugar donde se tomaron la primera cerveza o conocieron al amor de la vida.
Tal vez sea una clave, también, la fidelidad a una generación signada por la música del noventa, una década que marcó grandes giros en tendencias musicales, donde la música era primero y luego el estilo de vida.
Claro que no se quedaron en la nostalgia de dos décadas atrás y siguieron captando público y ahí viene otra clave.
Esos espacios se han ligado en la dinámica cultural de la ciudad ofreciendo ciclos de cine, espacios para tertulia, abriendo la puerta a los músicos locales y siendo el epicentro de grupos intelectuales.
La clave podría ser, también, un trago en soledad. Son pocos los bares de la ciudad donde la música, la decoración, la luz, la barra y el barman se sintonizan para que alguien salga a tomar algo sin sentirse demasiado solo, ni demasiado acompañado.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6
