La crisis humanitaria generada por el conflicto armado en el país es la mayor preocupación y el foco de atención del Comité Internacional de la Cruz Roja en Colombia (CICR).
En este momento, en el que hay cerca de 4 millones de desplazados que buscan reclamar sus tierras y la mutación del conflicto con el resurgimiento de bandas emergentes, ha puesto ha repensar el trabajo humanitario realizado por el CICR y como lo reconoció el jefe saliente de la delegación, Christophe Beney, a adaptarse.
Este diario habló con Beney sobre el trabajo realizado por esta institución en Colombia en tres años y medio que estuvo como jefe de la delegación, la cual dejará en una semana.
Ante el nuevo panorama de conflicto que se vive en Colombia, ¿cuál es el estado de la crisis humanitaria en el país?
"Está muy claro que todos los conflictos internos en el mundo son evolutivos y dinámicos, y el colombiano no es ajeno. Entonces como el conflicto evoluciona, las mismas crisis humanitarias también evolucionan bien sean geográficas o temáticas que son las consecuencias del conflicto. Creo que más que hablar si la crisis humanitaria es mayor o menor, a través de una presencia que nosotros tenemos en el terreno, tenemos la convicción de que las consecuencias humanitarias del conflicto están muy vigentes".
¿Cuáles son esas zonas del país donde se siente con más fuerza esa crisis humanitaria?
"Hubo mejoras en algunas partes porque tenemos más presencia, como en el Oriente antioqueño o en el Bajo Cauca antioqueño, pero en otras parte del país hay consecuencias del conflicto armado. La región pacífica sigue siendo una mayor preocupación para nosotros, al igual que regiones como Caquetá, Putumayo, Arauca, Norte de Santander, el Bajo Cauca antioqueño y el sur de Córdoba. Yo pienso que las cosas se deterioraron en los últimos tres años".
¿Qué tipo de intervención debe entonces realizarse en estas zonas afectadas por un conflicto que mutó?
"Nosotros hemos venido siguiendo de manera muy cercana desde hace varios años y hemos estado en el terreno. Vemos que hay grupos como las bandas criminales (bacrim) que agravan la crisis humanitaria. Tenemos contactos con ellos y tratamos de incidir sobre su manera de actuar frente a la población y dejar a la sociedad civil totalmente fuera del conflicto".
¿Cómo se dan esos acercamientos a estos grupos armados ilegales?
"Ahora es muy complicado porque no hay cabezas visibles. No es como antes que te sentabas y hablabas con el comandante de un grupo paramilitar. Ahora hay 'Rastrojos', 'Urabeños' y es más duro, pero hay que hacerlo y nosotros tenemos que adaptarnos a un conflicto que cambió".
¿Después de estos acercamientos con grupos armados ilegales mejoró la situación en estas zonas?
"Tenemos que reconocer que hubo una disposición de estos grupos de hablar. Esa es una de nuestras fortalezas. Poder tener contacto con los actores que tienen armas y tratar de incidir sobre su actuar frente a la población civil. Es difícil decir si las cosas mejoran o no, eso lo dicen las víctimas que están en las regiones, pero con nuestra presencia en algunas zonas del país se puede mitigar un poco las crisis humanitaria desatada por el conflicto".
¿Los grupos armados ilegales han avanzado en el respeto al Derecho Internacional Humanitario (DIH)?
"La particularidad de Colombia es que el DIH es bien conocido, hace parte del día a día. Desde el CICR participamos, ayudamos en la difusión y el respeto. No nos compete a nosotros mencionar si las cosas mejoraron o no; lo que pensamos es que a través de la sensibilización, de la formación sobre las obligaciones que tienen los grupos armados de aplicar el DIH y el trabajo diferente de las delegaciones donde recolectamos las infracciones del derecho, es un trabajo que nos hace pensar que lo que hacemos es un tip para mejorar las condiciones. No podemos calificarlo porque podría cuestionarse la neutralidad del CICR".
¿El Estado colombiano es garante para que se respete el DIH en estas zonas en conflicto?
"Tampoco es nuestra condición responder a esta pregunta. Sin embargo, las partes en conflicto deben respetar el DIH, tanto la Fuerza Pública como los actores armados. El trabajo que hacemos lo efectuamos muy discretamente frente a los actores que supuestamente violan el DIH. Luego hacemos un trabajo en países como Colombia donde estamos dispuestos a sustituir las obligaciones del Estado frente a la población en zonas muy conflictivas, pero en otras zonas queremos que el Estado asuma sus responsabilidades. Nosotros vemos en el terreno que estos compromisos no se dan de la misma manera que las políticas públicas y esto es otro trabajo, que el Estado asuma esas responsabilidades".
¿Qué tipo de trabajo está realizando en las comunas de Medellín el CICR?
"Otro eje central que hemos decidido es de no mantenernos ajenos a las otras violencias que se están desarrollando en el país, en esta ciudad, porque vemos que la violencia urbana está generando crisis humanitaria. Pretendemos tener una acción integral en los barrios. Tenemos accesos a las cárceles, tenemos accesos para hablar con los combos, con la institucionalidad. Para identificar las necesidades de los barrios y qué piden, vamos allá. Lo primero que piden es la seguridad, la escuela, la salud y tratamos de la misma manera que trabajamos en el conflicto interno, practicar nuestro método de trabajo y mejorar las condiciones de las personas que viven en estas zonas".
Cuando el CICR realizó este anuncio se mencionó que se realizarían acercamientos con combos considerados delincuentes comunes. ¿Qué apreciación tiene ahora?
"Lo que vemos y creemos es que tenemos contacto con gente que tiene un arma. Lo hicimos de común acuerdo y trabajando con la Alcaldía y otras instituciones. A nosotros no nos compete decir si son delincuentes o criminales, simplemente buscamos es tratar de que la población civil no salga afectada en estos conflictos y logramos entrar a los barrios basados en la confianza que tienen en el CICR. Si hubo oposición o cuestionamiento es normal".
¿El uso del emblema del CICR en la operación Jaque qué consecuencias les trajo para su mandato de neutralidad en los conflictos?
"El emblema del CICR es un símbolo protegido a través de los convenios de Ginebra y de la legislación colombiana. El uso del emblema en esta operación fue una violación al DIH que yo denuncié y es una violación del derecho colombiano. El Gobierno lo reconoció y se disculpó. Esto no puede pasar nunca más porque es sumamente peligroso en la misión humanitaria en el mundo entero. Colegas me dicen que en Congo y Sri Lanka cuestionan hoy la protección del emblema por lo que pasó en la operación Jaque. La amplitud de este evento, traspasó las fronteras colombianas. Yo solo espero que eso nunca más vuelva a pasar".
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