Durante declaraciones entregadas en conferencia de prensa el saliente director de la Policía, general Óscar Naranjo, les envíó un mensaje a los colombianos de agradecimiento señalando que "este no es un momento de despedidas porque me siento un colombiano privilegiado por tanto afecto de mi país".
En su discurso de despedida ante los medios, Naranjo dijo que una de sus mayores frustraciones durante su gestión fue la de no poder contener el asesinato de los Policías. Según sus cuentas, en Colombia matan a un integrante de la Institución cada 36 horas.
Con respecto a los grandes golpes que se dieron durante su gestión, el director de la Policía dijo que pese a haber golpeado a las estructuras del narcotráfico uno de sus grandes retos que espera dar antes de que se retire es la captura de Daniel "el loco" Barrera.
"La captura del 'Loco Barrera' es mi obsesión y espero dar ese golpe en los dos meses que me quedan", sostuvo Naranjo al tiempo que dijo que con respecto a su posible sucesor precisó que será el presidente quien tome la decisión.
Haciendo un recorrido durante su trayectoria como director de la Policía o dijo que los golpes dados al narcotráfico le permitieron a Colombia mostrarse ante el mundo como una de las potencias en cuanto a la lucha contra los grandes carteles de la droga y, además, ser un referente en materia de inteligencia para lograr el desmantelamiento de estos grupos.
Más balances
De igual forma, sostuvo que la lucha no se concentró contra ese fenómeno sino que también se extendió hacia el terrorismo y que la misma se dio en conjunto con las Fuerzas Militares.
"De joven soñé con una operación ideal, pero nunca imaginé que la realidad superara la ficción y esa ficción la superó la Operación Jaque", manifestó el oficial.
En dicha operación fueron rescatados de las Farc varios militares, policías y políticos, entre ellos a Íngrid Betancur. A juicio de Naranjo, "después de 36 años como Policía, la Operación Jaque es la operación de las operaciones contra el terrorismo".
Con Jaque se selló, dice Naranjo, el buen nombre de Colombia en cuanto a la citada lucha contra la guerrilla por lo que enfatizó en el reconocimiento a los militares y policías que hicieron ese trabajo.
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