Los vestidos han tenido una importante participación en la moda femenina, convirtiéndose en una prenda atemporal que le aporta a la mujer frescura y delicadeza, siendo clave en el armario en cualquier época del año, especialmente en la temporada Primavera-Verano.
Su evolución se presenta a través de la reinterpretación de épocas pasadas, como los 40 y los 50, con vestidos románticos con pliegues en la cadera para generar nuevos volúmenes, vestidos con corpiños ajustados, siluetas asentadas por medio de cinturones, estampados florales, miniprints en tonos pasteles y tierras, y detalles por medio de sesgos, bordados y pedrería.
Los vestidos románticos se encuentran en todos los largos desde mini, a la rodilla, media pierna y largos. Son válidos en encajes, blondas, guipures, velos, chifones, muselinas y organzas generando fluidez.
La variedad de diseño se encuentra en los vestidos camiseros con solapas y mangas anchas, escotes profundos en V; otros con mangas cortas y cuello tipo Peter Pan en contraste de color. Se renuevan también desde la mezcla de encajes en diferentes colores, cortes simples que delinean la figura y transparencias localizadas que dejan ver la piel.
Su uso es válido para cualquier ocasión desde ceremonias formales, cocteles, reuniones laborales (con largos permitidos) hasta ocasiones informales. Pueden ser combinados y complementados con accesorios llamativos para darles más personalidad. El calzado puede ser decisivo a la hora de definir la ocasión de uso, ya que con calzado bajo como sandalias o zapatillas puede lograrse un look casual y con tacones o botas uno formal.
En las últimas temporadas, los vestidos románticos han estado presentes principalmente en las colecciones de Alberta Ferretti, Blumarine, Barbara Tfank y APC. Como también en las marcas comerciales más importantes, llegando como imprescindible al armario de todas las mujeres del mundo.
Úsalos de día y de noche para darle feminidad y romanticismo al look de esta temporada.
Pico y Placa Medellín
viernes
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0 y 6