El Perú de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (Filbo) está primero en fotografías, las que tomaron Morgana Vargas Llosa y Jaime Travezan, de 50 familias limeñas, anónimas todas, "podrían ser unos primos lejanos, unos vecinos de la infancia, la dueña del chifa, el sastre del barrio o la diseñadora de moda, cualquiera de nosotros podría estar aquí" —se lee en la pared—, que eligieron sus objetos más queridos para representar su vida y lo que son. Lo que es ser de Lima.
El proyecto que abre las puertas al pabellón de Perú, el país invitado a la Filbo este año, se llama Mírame, Lima y, continúa el texto de la pared, "es una invitación a conocernos sin prejuicios y a pasear por una Lima plural, en cuyas casas y calles se refleja el mundo entero".
En la foto hay un comedor y otras imágenes, y un señor al lado de camisa azul que toca la trompeta, mientras siete personas lo miran, muy sonrientes. La fotografía es colorida. Al lado, abajo, se lee: "El trompetista. Surquillo. Trabaja como chofer y conoce todas las calles de Lima y todos los atajos necesarios para evitar el tráfico. Para los vecinos de su barrio, para sus amigos y para su gran familia es trompetista. Cuando se jubile cumplirá el sueño de volver a Cañete y tocará la trompeta frente a la playa de su infancia".
Las 50 fotos, de las 50 familias, tienen su historia, aunque no los nombres. También están en un libro, que se encuentra más allá en el pabellón, donde hay varias bibliotecas grandes, de madera, con los libros de autores peruanos y que la gente puede mirar y comprar. Participan 60 escritores, entre ellos el Nobel Mario Vargas Llosa, aunque, por supuesto, hay nuevas generaciones, como Santiago Roncagliolo.
En la mitad hay muchos audífonos, para que la gente, en simultánea, escuche música tradicional de Perú.
El Perú que se cuenta en la feria pasa por diferentes experiencias, no solo literarias. Hay una visión amplia de la cultura peruana contada en letras y autores, que están en fotografías en colores, muy grandes, y muy altas, en las paredes de la derecha. Lo que pasa es que no es lo único. También hay cine, fotos, conversaciones, videos, cine, multimedias.
"Queríamos traer una muestra que no fuese lo que se podría esperar sobre Perú. Queríamos mostrar no solamente la visión de nuestro muy rico y evidente y monumental patrimonio arqueológico y nuestra cultura tradicional que sigue siendo celebrada y cuya vigencia se renueva cada año a través de las fiestas populares y de muchos aspectos de nuestra cultura, sino que también queríamos una visión que incluyese toda la versión contemporánea tanto de literatura como el resto de las artes", explica Pierre Emile Vandoorne, director del audiovisual, la fonografía y los nuevos medios del Ministerio de Cultura del país del sur.
Querían un Perú tradicional y contemporáneo. Lo que les parecía importante es que como Colombia es hermana y cercana y no tan desconocida, se podía profundizar en cuestiones más profundas, no solo lo que ya se sabe. "Al estar cerca entendemos las sutilezas de nuestra particularidad cultural. Lo que queríamos era una visión muy amplia de la cultura peruana".
Los peruanos se tomaron en serio la invitación. Para los 14 días de fiesta hay programadas 300 actividades en Corferias y unas 200 en otros lugares de la ciudad, como el ciclo de cine en la Cinemateca Distrital, que presenta películas hechas de 2012 a 2014, algunas que no se han visto, así como exposiciones de fotografía en galerías y la presentación del Elenco Nacional del Folclor en el Teatro Jorge Eliécer Gaitán.
"Desde que el gobierno peruano asignó los recursos para este fin, quedó claro que queríamos hacer historia en la Filbo con nuestra presencia, además de hacer de esta, la presencia más grande que Perú ha tenido en un evento internacional cultural", dijo a Colprensa Néstor Popolizio, embajador de Perú en Colombia.
El folclor, los aspectos de sierra, costa y selva están por todas partes. Después de las fotos de Lima hay unas señoras vestidas con trajes tradicionales indígenas, con artesanías del país. Al final del recorrido, que se delata por la fila tan larga, hay un espacio para la bebida tradicional, el Pisco. Afuera del pabellón hay restaurantes peruanos.
"Hace 25 años —continúa el embajador—fui secretario de la Embajada de Perú en Colombia y sólo existía un restaurante peruano en Bogotá. Hoy en día existen al menos 40 en esta ciudad y gran cantidad en otras ciudades del país. Nos une el hecho que dos grandes plumas, Gabo y Vargas Llosa, sean Premios Nobel de Literatura y poseemos culturas indígenas de gran tradición".
Perú está en esas paredes del pabellón de la Filbo. Al final el que despide es el poeta Antonio Cisneros. "En realidad la poesía desde hace tres mil años solo tiene seis o siete temas distintos: vida, muerte, amor, soledad, solidaridad, pena, alegría. Lo importante es cómo lo dices cada vez para que siempre deje de ser un lugar común".
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