Con el llamado a la defensa de los más débiles y del medio ambiente, el Papa Francisco dejó en claro que con él se inicia un papado nuevo y más humilde.
En línea con las enseñanzas de San Francisco de Asís (siglo XIII), el Obispo de Roma recordó la misión de la iglesia: "Significa respetar a cada una de las criaturas de Dios y respetar el medio ambiente en que vivimos. Significa proteger a las personas, mostrando preocupación amorosa por cada persona, especialmente por los niños, los ancianos, los necesitados, que suelen ser los últimos en los que pensamos".
"Para mí esta llamada a la humildad y al servicio hacia los demás marcará su papado (...)", le dijo a Reuters el cardenal argentino Leonardo Sandri.
Santo Tomás decía que la humildad es la principal de las virtudes. ¿Se ha perdido?
"Es más importante ser poderoso que bondadoso", precisa Ángela Marulanda, autora y educadora familiar. Resalta entonces la importancia de inculcar las virtudes en nuestros hijos. "Si queremos que los hijos sean felices, es decir, ricos en virtudes y grandes satisfacciones, debemos cultivarles la humildad, una virtud propia de aquellos que han consagrado su vida a servir en lugar de dedicarse a sobresalir".
Al igual que Ghandi, San Francisco de Asís, Teresa de Calcuta, por citar algunos, el Papa Francisco ha demostrado su humildad no solo en la austeridad de su presentación, sino en su afán por servir a los demás.
"Cuando entras en una etapa de servir a los demás sin importar la remuneración, el halago; cuando lo haces sin esperar siquiera un agradecimiento, has desarrollado humildad. Ser humilde es poder ver a Dios en los otros, es servir sin esperar nada a cambio, haciéndolo con amor intenso", explica Diana González Morán, profesora de yoga en Altman Yoga.
Precisa que así se entiende la humildad desde el yoga y que para poderla experimentar "tenemos que desapegarnos, liberarnos del ego".
Para Leonardo Boff, teólogo, filósofo, escritor, profesor y ecologista brasileño, "lo que convence a las personas no son las prédicas sino las prácticas. Lo que ha marcado al nuevo Papa Francisco, ese "que viene del fin del mundo", es decir, fuera de los marcos europeos tan cargados de tradiciones, palacios, espectáculos principescos y disputas internas de poder, son gestos simples, populares, obvios para quien da valor al buen sentido común de la vida.
Él está rompiendo los protocolos y mostrando que el poder es siempre una máscara y un teatro, como bien puntualizó el sociólogo Peter Berger "
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