El deporte además del esfuerzo físico tiene sacrificios personales. Así lo asumen 22 colombianos que han tenido que vivir las verdes y las maduras para conseguir recursos y representar a Colombia en un evento internacional.
Con más ganas que plata, los integrantes de la Selección Colombia de hockey subacuático escriben la historia de una disciplina de la cual se conoce poco en nuestro país.
Desde pinturas corporales, rifas y fiestas para recoger fondos, han tenido que inventarse los nadadores para solventar los gastos del viaje que realizarán la próxima semana al Mundial de esta disciplina a disputarse en Portugal.
Ellos tienen un solo horizonte en su viaje al país lusitano: estar entre los tres mejores del mundo. Capacidades tienen de sobra. Son más de diez años de chapuzones, gimnasios y muchos esfuerzos económicos invertidos en este deporte.
Según Andrés García, entrenador e integrante del equipo colombiano, las afugias económicas no desvanecen las ilusiones deportivas.
"Por momentos nos sentimos mendigos del deporte, ya que hemos tenido poco apoyo de las empresas y de los entes deportivos. Sin embargo, el amor por el deporte y por dejar el nombre de nuestro país en alto, nos llevan a sacar esto adelante", comentó en tono nostálgico.
Como si lo del dinero no fuera suficiente problema, un escollo más se interpuso en el viaje de los colombianos. En el trámite para la visa, a tres deportistas del elenco les fue negado este documento. Dos hombres y una mujer quedaron relegados de la participación, ahogando un proceso de preparación de más de un año.
No obstante, los demás siguen adelante, con la idea de que entre más sufrido sea todo, más disfrutarán de las victorias.
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