La Coca Colla, la nueva bebida que se produce en Bolivia con hojas de coca, quiere ganar el mercado de los energéticos del país, pero también ayudar a borrar el estigma que vincula la planta al narcotráfico que la usa para elaborar cocaína.
"Extracto de coca, agua carbonatada, azúcar, cafeína, saborizantes naturales, colorantes autorizados y conservantes", son los ingredientes de la bebida, según se lee en su etiqueta, cuyos colores rojo y blanco evocan a la famosa Coca-Cola de E.U.
La bebida tiene un color marrón casi similar a la gaseosa de guaraná y su sabor parece una mezcla de esa fruta, coca y manzana.
La bebida es producida por la privada Organización Social para la Industrialización de la Coca (Ospicoca), una entidad que agrupa a unas 9.000 personas y cuyo presidente, Víctor Ledezma, ha aclarado que no pretende competir con la gaseosa estadounidense.
"No busco pelear con nadie. Mi bebida es energizante, ellos (The Coca-Cola Company) venden gaseosas, entonces no tienen nada que pelear conmigo", aseguró Ledezma en declaraciones a Efe.
Esta semana, el empresario puso a la venta 30.000 botellas de Coca Colla, cada una de medio litro, a un precio de 10 bolivianos (un dólar con 40 centavos), en las regiones de La Paz (oeste), Cochabamba (centro) y Santa Cruz (este).
Los compradores más interesados, según Ledezma, son los choferes de carreteras que comprobaron el efecto del energético porque les permite conducir por varias horas sin descansar.
El empresario bautizó la bebida como Coca Colla, una fusión del nombre de la hoja, considerada "sagrada" por los indígenas aymaras y quechuas de Bolivia, con la palabra "colla" que es como popularmente se llama a los pobladores del occidente boliviano.
Los collas eran habitantes del Collasuyo que era el nombre que se usaba para una parte de la región andina del continente antes de la colonia española.