Ni en la despedida dejaron de molestar. "Ojo Champion que por ahí está Chumi y te roba las paletas", dice Néider Morantes , como una manera de despedir a Carlos Álvarez, un hombre que deja la alegría de Envigado.
Chumi, el hombre que heredó el apodo del tío exfutbolista, empaca maletas y se va del cuadro naranja. Desde el domingo será nuevo jugador del Universidad San Martín del fútbol peruano. "Es una buena oportunidad que me sale tanto en lo económico como en lo deportivo. Es un dinero que entrará de más para la familia, y un reto porque siempre el futbolista quiere demostrar sus condiciones en el exterior", sostiene Carlos Andrés, un hombre que supo ser campeón con Atlético Nacional y que, en las últimas cinco temporadas, ha estado con la camiseta de Envigado.
El representante Fifa John Lozano llevó el apodo del Chumi al fútbol de Perú, que en estos días vive el revuelo de los contratos que se firman y se rompen en medio de una quiebra generalizada. Algunos equipos, como el de la Universidad San Martín, tienen sus cuentas saneadas, y por eso la decisión del colombiano, que se unirá a sus compatriotas Johnier Montaño (recién llegado de Alianza Lima), Luis Cardoza y Luis Alberto Perea (volvió tras estar unas semanas en la MLS).
"Ya hablé con Johnier y me dijo que en ese club no había problemas económicos, que es de los pocos cumplidos y por eso tomé la decisión. Uno viaja con el reto de mejorar sus condiciones, pero también de anotar, de estar arriba y poder aportar en la tabla de goleadores para este club".
Álvarez, quien ya transita los 32 años y ha vestido siete camisetas diferentes en Colombia (debutó en 1998 con el Huila), se despidió ayer de sus compañeros y las directivas del club, que le rescindieron el contrato tras un mutuo acuerdo. Deja un equipo en el que es titular en las últimas fechas, pero que no contaría con él en el partido del sábado ante Nacional por tener que purgar una suspensión. Pero sobre todo, deja una familia, hasta con el Champion, el que vende las paletas. "No hay un club en Colombia como Envigado, acá no necesitamos de sicólogo o esas cosas, porque somos una familia y nos tratamos como tal. Va a ser muy duro, se me viene un reto".
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