Es probable que las nuevas generaciones olvidaran o nunca supieran de las voces de Rafael Escalona, Lorenzo Morales o Emiliano Zuleta, pero que sí hayan escuchado temas como La gota fríay La celosa interpretadas por Carlos Vives, uno de los hombres que internacionalizó el género vallenato y que fusionó con ritmos como el pop y el rock las notas de los acordeones, las guacharacas y las cajas.
Su calendario acaba de pasar por el número 50 y aunque su más reciente trabajo ( Los clásicos de la provincia II) no fue el éxito musical esperado, su valía como artista ya está clara.
Desde su participación en Pequeños gigantes (1980) los rasgos del cantante ya se apreciaban. Su simpatía y tranquilidad ante las cámaras le abrieron caminos, pero no fue hasta que en 1985 cuando tuvo su primer protagónico, junto a Amparo Grisales, en Tuyo es mi corazón , telenovela que lo catapultó al éxito y al reconocimiento.
Luego llegó Gallito Ramírez (1986), LP loca pasión (1989) y La mujer doble (1992), entre otras, que hicieron que la cara de Vives ya fuera familiar para todos los colombianos.
La música le pudo más
Las ansias locas que Carlos tenía por hacer música lo llevaron a tomar ese camino por el resto de su vida. Y encontró su sonido guiado por las notas de los juglares vallenatos. "Yo vengo de una familia muy musical. A los cinco años mis padres se dieron cuenta de que yo cantaba y me motivaron para que siguiera ese rumbo", afirma Carlos quien recuerda con nostalgia las primeras grabaciones que su papá le hizo mientras interpretaba la canción Sin ti, de Nafer Durán, y concluye diciendo que éste es el himno de su infancia.
Gracias a sus padres, pero también por ser samario y crecer con el sabor vallenato, Carlos grabó sus primeras producciones discográficas Por fuera y por dentro (1986), No podrás escapar de mí (1987) y Al centro de la ciudad (1989), pero el éxito llegó cuando su homenaje a Rafael Escalona rescató al ritmo de éste y otros juglares de las sombras. "No fue fácil al comienzo. Cuando empecé a hablarles a los empresarios de lo que quería hacer me cerraban las puertas, pero la gente fue la que me abrió las ventanas".
Éxitos y más éxitos
En 1993, el disco de Carlos Vives, Clásicos de la provincia , retumbó en todo el mundo. Con él viajó a varios países para demostrar que el vallenato puede ser fusionado con instrumentos de viento y ritmos como el rock.
Luego vinieron La tierra del olvido (1995), Tengo fe (1997), El amor de mi tierra (1999), Déjame entrar (2001) y El rock de mi pueblo (2009).
Un embajador musical, en eso fue en lo que se convirtió el Gallito Ramírez, quien hoy en día disfruta de su faceta de padre (tiene cuatro hijos: dos con su anterior esposa Herlinda Gómez y dos con Claudia Elena Vásquez), esposo y empresario.
"Yo soy feliz cantándole a mis hijos. A Carlos Enrique (19 años) le susurraba De puntillas , de Presuntos Implicados cuando estaba pequeño. A Lucía (15 años) le compuse Fruta fresca, La princesay El soldado. Y a mis dos chiquitos: a Elena (3 años) le canto los Clásicos de la Provincia y a Pedro (1 año) ya le estoy enseñando los vallenatos clásicos".
Estuvo detrás de El siguiente programa , tiene un restaurante en Bogotá, pero sobre todo, cumplió abriéndoles las puertas a los artistas colombianos más allá del país.
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