Cumplir 18 años significa, según la ley de nuestro país, llegar a la mayoría de edad.
Con esa edad se puede votar para escoger a los mandatarios o entrar a las discoteca sin ningún problema.
¿Pero se es realmente maduro a esa edad para afrontar la vida de adultos con todo lo que implica?
Llegar a esta etapa de la vida es un gran logro para los jóvenes, pero puede llegar a convertirse en una pesadilla para los padres, si no saben cómo manejarlo y afrontarlo.
Y es que es difícil entender que la víspera del cumpleaños su hijo tiene 17 y usted puede darle órdenes, y al siguiente, él podría responder con frases como "soy mayor de edad y tú ya no me mandas", por lo que la situación puede salirse de las manos.
Tramitar la cédula no da madurez de un día para otro, esto es cuestión de actitud y de personalidad, más que de edad, por lo que la mayoría de los jóvenes a los 18 años, aún necesitan ser guiados por sus padres.
Claudia Patricia Velásquez cuenta que su hijo Juan José cumplió 18 años hace poco, y ahora está incontrolable.
"Se le olvidó que en esta casa había normas y llega a la hora que le da la gana, contesta feo y ya casi no pasa tiempo con nosotros. Lo peor es que cuando le decimos algo, responde que ya se manda solo y que mejor no nos metamos", dice Claudia.
El proceso
La psicóloga Marcela González explica que la idea no es dejarlos de educar cuando llegan a la mayoría de edad, pues corresponde a un proceso que inicia desde su niñez.
"Lo importante es que ese proceso se vaya cumpliendo con normalidad para que cuando lleguen a los 18 tengan buenas bases y sean lo suficientemente maduros para enfrentar cada etapa de la vida", dice Marcela.
Tampoco quiere decir que porque los hijos ya son mayores de edad pueden dejar de cumplir con las normas de la casa y comportarse a su manera, según sus "nuevas" normas.
Por eso es tan importante que tengan una madurez adecuada para su edad y que desde pequeños se les enseñe que cada lugar tiene sus propias reglas que hay que cumplir con el fin de vivir en sociedad, sin importar la edad que tengan.
Un amigo
Una buena manera de demostrarles a sus hijos que usted todavía puede guiarlos es convirtiéndose en un amigo que da consejos y que les muestra diferentes opciones para que ellos mismos tomen buenas decisiones.
El psicólogo Juan Carlos Posada precisa que la idea es dejar de ser una imagen de autoridad que regaña y castiga para convertirse en un colega que apoya.
Y es que muchos padres tienden a generar un mayor conflicto con sus hijos cuando se niegan a aceptar que ahora también pertenecen al grupo de los adultos y que deben tratarlos como tal, por lo que tratan de imponerse aún más con regaños, gritos y normas poco coherentes.
Posada asegura que esto sucede porque les cuesta aceptar que sus hijos cada vez son más grandes y más independientes y pronto se irán de su lado.
Lo que los padres de familia deben entender es que es mejor estrategia ser sus amigos y no su autoridad, pues así habrá más confianza y tendrán una relación mucho más sólida a pesar de los años que tengan.
Recuerde que de la libertad y la confianza que les dé a sus hijos desde pequeños, depende su madurez y su forma de enfrentar la vida más adelante.
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