Un atacante hizo explotar este martes su carro repleto de explosivos contra unos soldados situados en el exterior de una base del Ejército cerca de la capital iraquí, Bagdad, matando a por lo menos 31 personas e hiriendo a docenas más en uno de los peores ataques este año contra los militares del país.
Las bombas y los atentados se han reducido notablemente desde los máximos de la violencia sectaria registrados en Irak en el 2006 y el 2007, pero la rama local de Al Qaeda y otros insurgentes suníes a menudo atentan contra las fuerzas de seguridad y los musulmanes chiitas para avivar las tensiones.
El terrorista condujo su carro hacia las tropas y reclutas que estaban en los exteriores de la base de Taji, 20 kilómetros al norte de la capital iraquí, dejando fragmentos de cuerpos y vehículos en llamas hechos pedazos en las calles, dijeron fuentes policiales y hospitalarias.
Por lo menos 31 personas murieron, la mayoría soldados, y otras 50 resultaron heridas en la explosión, dijo una fuente hospitalaria.
"Había reclutas del ejército saliendo de la base y autobuses pequeños esperándolos cuando ocurrió la explosión", sostuvo Ahmed Khalef, un policía que trabajaba cerca. "Inmediatamente empezamos a rescatar a los heridos. Podías oler los cuerpos calcinados", agregó.
Los insurgentes en Irak han llevado a cabo al menos un ataque importante al mes desde que las tropas estadounidenses se retiraron del país en diciembre del año pasado. Ahora, a los oficiales iraquíes les preocupa que los islamistas puedan estar ganando impulso moral y financiero con la crisis siria.