Las ciudades de Rafah y Arish parecen dos almas gemelas. Situadas a apenas unos pocos kilómetros de distancia, sus callejuelas, sus mercados y sus gentes son prácticamente iguales. No en vano, muchos de sus habitantes están emparentados, unidos por fuertes vínculos tribales y étnicos.
Sin embargo, hay entre ellas una capital diferencia: Rafah se halla en un lado de la frontera que separa Gaza de Egipto y Arish en el otro. Por tanto, una ha sido duramente golpeada por una brutal guerra que se ha cobrado la vida ya más de 1.950 personas, la mayoría civiles palestinos, mientras la otra padecía solo sus efectos colaterales.
Sin embargo, durante los últimos días, a medida que se intensificaba la ofensiva israelí, estos efectos han sido más graves para los habitantes de Arish. Centenares de ellos, aquellos que residen más cerca de la frontera, se han visto obligados a huir de sus casas, hartos de continuos estallidos y temblores de tierra, que han roto sus cristales y acabado con sus nervios.
"Mis hermanos y yo hemos dejado nuestras residencias, temerosos de que un proyectil extraviado nos golpeara... sobre todo ahora que Israel lanza cohetes de larga distancia", explica Khamis Hamdan al diario Al Ahram.
Por seguridad, el Ejército egipcio ha ocupado el territorio y los caminos adyacentes a la frontera y prohibe a la ciudadanía acercarse; se aconseja que se quede en sus casas. Y es que las estructuras de algunos edificios, incluidos mezquitas y escuelas, se han visto dañadas por la metralla liberada en las explosiones.
El paso fronterizo de Rafah es el único punto de contacto con el exterior de la franja de Gaza, aparte de la frontera con Israel. Por esta razón, es un punto de gran importancia geostratégica.
Durante el gobierno de Mohamed Morsi, el raïs islamista de los Hermanos Musulmanes, dicho paso fronterizo, en el sur de la Franja de Gaza, estaba abierto, si bien había algunas restricciones y controles a la entrada de mercancías. Sin embargo, tras el golpe de Estado que lo derrocó el pasado verano, la frontera ha permanecido cerrada y solo se ha abierto de forma excepcional.
Desde el inicio de la ofensiva, los únicos que han podido cruzar han sido unos 140 heridos que buscaban tratamiento en los hospitales egipcios. Los médicos en estas clínicas han expresado su horror por el hecho de que muchas de las víctimas son niños.
"Representan más del 20 por ciento... la situación es mala. Una niña de cuatro años tuvo un ataque de pánico al despertarse y no poder ver a nadie. Era que había quedado ciega", explica el doctor Sami Anwar, director del Hospital de Arish.
La restrictiva y controvertida política fronteriza de Egipto hacia Gaza está motivada por diversas razones. En primer lugar, el nuevo régimen militar aborrece a Hamas, ya que nació de la matriz de los Hermanos Musulmanes e incluso pertenece a su organización internacional.
El cierre del paso es, por lo tanto una forma de ahogar a Hamas, objetivo último del bloqueo israelí a la franja impuesto desde el 2006. En segundo lugar, Egipto teme que puedan entrar a su territorio activistas con el fin de sumarse a la insurgencia islamista con base en la península del Sinaí. Por último, El Cairo quiere evitar la responsabilidad de monitorear la entrada de mercancias a Gaza ante el riesgo de que Israel la pueda culpar de connivencia en el rearme de Hamas.
Para sortear el bloqueo, que ya aplicaba Hosni Mubarak antes de la revolución del 2011, se construyeron centenares de túneles subterráneos entre Arish y Rafah, por los que entraban mercancías y armas. Pero en especial comida y productos básicos.
"Muchos lugareños se han hecho ricos con el contrabando. Ahora en esta ciudad se ven muchos coches de lujo. ¿De dónde pueden haber salido?", comenta Hossam Meneai, un joven de Arish. Los túneles fueron un lucrativo negocio también para Hamas, pues los aranceles que imponía a la entrada de productos constituía su principal fuente de financiación.
Precisamente, la destrucción de un 95 por ciento de los túneles por parte de Egipto durante los últimos meses explica su tozuda insistencia de que cualquier alto al fuego debe incluir el fin del bloqueo y la reapertura del paso de Rafah. Este es el punto central que hizo fracasar los esfuerzos negociadores en El Cairo de los últimos días.
Pico y Placa Medellín
viernes
0 y 6
0 y 6