x

Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

Antonio Roldán, el amigo íntimo de todos

02 de julio de 2009
bookmark

Pese a los recuerdos difusos de Natalia, que apenas tenía 4 años, y de los inexistentes de Daniela, que tenía 8 meses de nacida, 20 años después del asesinato del gobernador Antonio Roldán Betancur, su padre, el corazón se les arruga y las lágrimas brotan de sus ojos sin parar, cuando lo mencionan.

Ellas llegaron de Italia, donde viven desde hace 19 años, solo para participar de los homenajes que le harán hoy a su padre en el aniversario de su muerte.

La violencia absurda, tal como la califica Rosa, una de las hermanas de Antonio, les arrebató el 4 de julio de 1989 la dicha de tener un padre y compartir con él todas las bellezas que de él cuentan.

A Natalia, la hija mayor, se le quedaron grabados los momentos antes de la partida de su papá. "De ese día recuerdo que no quería que se fuera y me agarré a él". Entre esos vagos destellos de la memoria están los instantes cuando jugaban juntos, cuando la mimaba.

En cambio a Daniela solo le han quedado las cosas lindas que le han hablado de él y el dolor de no haber compartido su vida al lado de su padre. "Eso es lo que más me duele", dice entre sollozos.

Aunque en la familia, dice Rosa, "aprendimos a manejar el dolor sin lágrimas", allí el recuerdo del hombre, del ser humano, no el del gobernante, sigue intacto. Tan solo basta mencionar ese día aciago y trágico, para que el rostro se contraiga en un gesto de profunda tristeza.

En una esquina de la casa de Rosa, un busto de Antonio Roldán Betancur es la representación de que siempre estará presente en la familia.

De ese hombre lleno de amigos, amigo íntimo de todos, porque no hay quien diga, "fuimos amigos íntimos". Tampoco hay quien lo haya podido olvidar.

La tristeza se quedó instalada en el alma de su familia y de sus dos niñas. Una tristeza que no pueden disimular, porque para ellas su ausencia fue, es y será, su gran dolor.

Natalia se encargó de perseguir a su hermanita Daniela, desde que supo que su papá ya no estaba, con una foto en la mano. "El papá, el papá", le señalaba con el dedito todo el tiempo, como si quisiera que no lo olvidara.

Estaba tan pequeña, que era lo único que podía compartirle: esa imagen de papel. La labor surtió efecto. Al cumplir un año Daniela, que hoy estudia tercer año de Administración de Empresas en Roma, entró a la habitación de su tía Rosa y, de inmediato, señaló un portarretratos y balbuceo: "mi papi, mi papi".

Ni Daniela ni Natalia recordaban la anécdota. Han pasado 20 años y aún ellas no terminan de conocer la historia completa de sus vidas y su padre.

Ambas, orgullosas del hombre que les dio la vida, del que todo mundo habla maravillas, quisieran ser como él.

Para Natalia, graduada en Derecho, en Roma, el pasado 15 de abril con honores y tesis laureada, su padre es su ejemplo: "Esa imagen del hombre alegre, feliz, amiguero, generoso, esa es la persona a la que admiro y me encantaría tener un mínimo de lo que fue él".

Un año después de la muerte de Roldán Betancur, el presidente Virgilio Barco le dio un cargo en la Embajada de Italia a Gloria Alzate, la viuda de Antonio, y desde ese momento hicieron vida allí.

En los recuerdos también está el sufrimiento de su madre. La voz de Natalia se quiebra al rememorar esos momentos tan difíciles que pasaron cuando llegaron a un país desconocido, solas y con el dolor de un esposo y un padre que ya no estaba.

Hace unos años el sueño de Natalia era volver a Colombia, "porque aquí están mis afectos", pero hoy, luego de terminar su carrera siente que Roma es el sitio donde terminará su práctica, pero deja abiertas las puertas para lo que pueda venir.

Las lágrimas de dos jóvenes de 20 y 24 años son la muestra que el dolor aún sigue vivo. No ha sido fácil. En cada lugar, no falta quien reconozca en ellas a ese gran hombre.

"En la época en la que estuve en Barcelona me encontré con un profesor colombiano, y al saber que yo era la hija de Antonio, me abrazó hasta llorar", recuerda Natalia, que al igual que su hermana, aprendió de todo lo que le han contado de su padre la lealtad, la determinación, la amistad, el optimismo y la afectividad.

"Como estaría de feliz de verlas ahora", dice entre sollozos Rosa.

Veinte años después la muerte de Roldán aún no tiene explicación. Pero igual si fue una equivocación, si fue Escobar, Gacha, Santa Cruz, nada de eso les importa. Toño les hace mucha falta a ellas, sus hijas, y a toda su familia.

¿Buscando trabajo?
Crea y registra tu hoja de vida.

Te puede interesar

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD