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Forjadores | PUBLICADO EL 27 noviembre 2022

Cuando Corona empezó, en Caldas no había ni luz

Empezó como una pequeña fábrica de lozas y se convirtió en una empresa insignia del país.

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Mucho antes de que la luz llegara al municipio de Caldas, una rueda de madera, impulsada por la corriente de la quebrada La Valeria, fue el primer motor que hizo posible el funcionamiento de la antigua Compañía de Cerámica Antioqueña, fundada un lejano 13 de agosto de 1881.

Faltando aún mucho tiempo para que esta empresa se convirtiera en la base de una multinacional insignia del país, aquel rudimentario sistema, empujado solamente por la fuerza del agua, fue el corazón de la antigua fábrica.

Así lo narró Hernán Echavarría, en una entrevista con la escritora Ana Lucía Ángel, que en su libro “Un sueño en construcción” emprendió un viaje por la historia de Corona. “Esa rueda movía un eje y éste estaba conectado por unas poleas a otro eje y así se movían una o dos cositas que había; principalmente unos tornos, pues tampoco teníamos tecnología”, contó.

Pese a su incipiente tecnología, la fábrica, que también sería conocida como la Fábrica de Lozas de Caldas, fue la primera en atreverse a producir de forma masiva este tipo de productos, entonces solo importados.

Fundada por el alemán Reinhold Paschke, la locería estuvo en la cuerda floja durante sus primeros años de funcionamiento, tal como lo cuenta la historiadora Alejandra Diosa González en su investigación “Industria y Comercio en el municipio de Caldas”.

Aunque para la década de 1920 la empresa ya había incursionado en el mercado de los departamentos de Santander, Bolívar, Caldas, Valle, Tolima y Cundinamarca, el negocio no tenía buen desempeño y estuvo al borde de la quiebra durante la crisis económica de aquella época, que llevó a la ruina a la mayoría de bancos que financiaban sus operaciones.

No obstante, fue en 1935, cuando el industrial Gabriel Echavarría Misas decidió comprar todas las acciones de la compañía y emprender un ambicioso proyecto de modernización, que convirtió en la base de un imperio que florecería décadas después. Tras su muerte, en 1943, sus hijos tomarían el liderazgo de la empresa y a partir de 1948 la harían incursionar en nuevas líneas de negocio.

A partir de la segunda mitad del Siglo XX, la empresa incursionó en negocios como el de la porcelana sanitaria (1952), con la inauguración de una nueva fábrica en Cundinamarca.

Luego, en la década de 1960, la organización fundó Mancesa, enfocada en la producción de sanitarios; en 1963 Gramma S.A., enfocada en la producción de aislantes eléctricos y materiales refractarios; y en 1969 Grival, enfocada en grifos y válvulas. En la década de 1990, la organización incursionó en el negocio de los hipermercados, desarrollando la marca Homecenter en alianza con Sodimac; y a partir de la década del 2000 se expandió a México y Estados Unidos y hasta incursionó en el mercado financiero.

“La clave de nuestro crecimiento ha sido una gestión efectiva de la innovación. Esta nos ha permitido, por un lado, explorar distintas oportunidades, acelerando nuestra capacidad de desarrollar nuevas líneas de negocio. Y por otro, potenciar y fortalecer nuestras capacidades internas”, dice Jaime Ángel, presidente de Corona Industrial

Contexto de la Noticia

Jaime Ángel, presidente de Corona Industrial

El actual gerente de Corona Industrial plantea que la clave del éxito de la empresa ha sido la calidad y la tecnología.

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