Durante sus últimos minutos en Colombia, el Papa fue despedido por el presidente Juan Manuel Santos, María Clemencia Rodríguez (primera dama), y parte del gabinete ministerial en medio de una calle de honor realizada por uniformados de la Armada Nacional.
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En la misa dominical que ofreció en Cartagena ante cerca de 500 mil personas, el Santo Padre pidió acabar con el flagelo del narcotráfico y señaló que todos los colombianos pueden aportar a la paz y la reconciliación:
“Jesús nos señala que este camino de reinserción en la comunidad comienza con un diálogo entre dos. Nada puede reemplazar ese encuentro reparador, ningún proceso colectivo nos exime del desafío de encontrarnos y perdonar”, y añadió que las heridas que han dejado la historia necesita de unas instancias en donde se haga justicia, y se dé la posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, que su daño sea reparado y haya acciones para evitar que se repitan esos crímenes.
Hasta los últimos instantes, a pesar del hematoma que sufrió en el pómulo izquierdo en la mañana de este domingo, el Papa lució de buen ánimo a pesar del trajín de cinco días intensos en los que celebró diferentes eventos y eucaristías en Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena.
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Minutos después del despegue del Sumo Pontífice, el presidente Juan Manuel Santos agradeció el apoyo de miles de funcionarios y voluntarios en las ciudades que ayudaron en la visita del máximo jerarca de la iglesia católica.
Además, el mandatario le entregó una representación de la paloma de la paz que llevó durante todo el proceso de diálogos de paz con las Farc: “La paz ya vuela sola”, dijo Santos.
Así se terminó la histórica visita del Sumo Pontífice a Colombia, que tenía el lema de “dar el primer paso” y que deja el reto a los colombianos, católicos o no católicos, de aplicar sus enseñanzas sobre la humildad y reconciliación para seguir caminando.