Esta serie de Netflix tiene el sello de la familia King, pero no por Stephen, sino por su hijo, Joe Hill, y el cómic que escribió. Un latino participa.
Ellos son, de izquierda a derecha, los hermanos Locke: Kinsey, Bode y Tyler. Interpretados por Emilia Jones, Jackson Robert Scott y Connor Jessup. FOTO cortesía netflix
Lo primero que queda claro en el capítulo de inicio de Locke & Key es que hay una casa que genera todo tipo de emociones: respeto, miedo, intriga y bastante curiosidad. Le dicen la Casa Key, es la herencia de la familia Locke y ahí se mueve todo el universo de esta serie que nació primero en un cómic, escrito por Joe Hill (hijo del afamado escritor de terror y suspenso Stephen King), y dibujado por el chileno Gabriel Rodríguez (ver protagonistas) entre 2008 y 2012.
La historia, catalogada como historieta de terror y fantasía contemporánea, trató de entrar a la televisión seriada desde 2010. Se escribieron pilotos (libretos que se hacen para “vender” la serie a los canales) y pasó por varias productoras, Fox, Dreamworks y Hulu, pero nada se concretó. Se habló de ella en la Comic Con de Sandiego (una de las más populares) y los fanáticos de los libros esperaban la noticia. Finalmente “todo hizo clic con Netflix”, cuenta su creador Joe Hill, en un panel sobre la serie realizado en Estados Unidos y en el que EL COLOMBIANO participó virtualmente.
La historia
Locke & Key narra la vida de una familia que tras la muerte de su padre se muda a la casona del clan y en la que existen unas llaves que dan acceso a otras dimensiones, dan poderes y habilidades y hay demonios que también las quieren. Para Hill la historia en los 10 episodios que se ven en Netflix tienen más de fantasía que de horror, como se ve en el cómic. Y al final define la serie como una fantasía oscura que se mueve en las aguas del suspenso.
“Esta es la historia en su mejor versión posible”, indica Hill, quien reitera que tanto él como Rodriguez se divirtieron bastante haciendo el cómic y por eso siente que esta es la “más divertida”.
Para Rodríguez este resultado final es una “obra de arte” y por eso valió la pena la espera. “Tienes las manos de una legión de artistas y artesanos que combinaron sus talentos para lograr una pieza narrativa y de ficción increíblemente sólida. Yo espero que el público lo disfrute”.
El escenario
La casa y las llaves son otro tema de conversación en este encuentro en el que Rodríguez, arquitecto de profesión, explica que los patrones de la casa, y los espacios fueron detalladamente pensados y basados en sus diseños. “La idea era que los actores se movieran fluidamente en todos los lugares”, cuenta.
Sobre las llaves, para Hill es una locura, nunca pensó verlas materializadas, “es algo que hace 20 años no lo pudimos haber imaginado, es icónico para nosotros”, precisó. Desde el primer capítulo se detalla su importancia: que la llave mental, la del espejo, la de cualquier lugar, la fantasma... y así, episodio tras episodio se van conociendo sus poderes, para qué sirven y si hay algo más allá, “no son un juego y pueden ser peligrosas”, cuentan los niños protagonistas en sus diálogos.
Hablando de actores, en una historia que tuvo tantos intentos de llegar a la pantalla, escoger los ideales era primordial. Y lo que hace que la serie funcione no solo fue el buen casting sino que ellos se sintieran y vieran como una familia real. Rodríguez cuenta la experiencia, tras leer los libretos en conjunto, como al final los integrantes de la familia Locke se toman una foto y al verlos, ya no en cómic, sino en carne y hueso, pensó: “Lo lograron, son ellos, puedes sentir la química de un todo, el lenguaje del cuerpo y cómo se la llevan entre todos”, concluyó.
Hill y Rodríguez tienen una corta aparición en el último capítulo (en la ambulancia) y estuvieron atentos al desarrollo de la serie de la que Netflix ya confirmó una segunda temporada..