En 2021 Olivia Rodrigo sacó al mercado Sour, su primer disco. El trabajo —inspirado en las canciones de Alanis Morissette, Taylor Swift y Kacey Musgraves— se convirtió en un fenómeno para la crítica y el público, al punto de recibir tres premios Grammy y ser incluida en la lista de las mujeres del año de la revista Time. Esto, por supuesto, constituyó el debut soñado de cualquier artista y, al tiempo, el desafío de mantener en sus siguientes esos elementos que la hicieron exitosa.
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Sour fue un disco del desengaño del primer amor. Sus canciones captan con lirismo las fisuras de los amores que se echan a perder por las mentiras y los desengaños. De las once canciones del álbum quizá la que mejor sintetiza esa idea es Drivers License. El tema, de poco más de cuatro minutos, registra el itinerario emocional de una adolescente.
Ahora Rodrigo vuelve al mercado con el disco Guts. De esa producción se han dado a conocer dos canciones que, entre otras, revelan que Rodrigo sigue por el camino compositivo del desamor, pero ahora con una mayor madurez para entender que el amor puede ser un cuento de hadas y una historia de terror.